DE QUARESMA.
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refiere despues muchos hechos , que muestran el orgullo
desmedido
de
los escribas
y
fariseos : ellos afectan un
ex·
terior religioso,
un
ayre devoto, una apariencia de auste-
.ridad,
y
ocultan baxo este sepulcro blanqueado un cora-·
zon corrompido
y
una alma la mas negra : no buscan
si–
no como engañar al público con unas singularidades es–
tudia .fas ; quieren ocupar los primeros puestos,
y
ser tra·
tados como maestros,
y
su orgullo afecta sobresalir' en to·
das p artes. Por lo que á vosotros toca , tomad siempre el
último lugar, poned toda vuestra gloria en pasar por los
últimos
de
mis criados. Despreciad todos esos
tí
ulos de
bon
r,
que no dan jamas mérito
á
nadie: no tengais otra
ambicion que
la
de ser hijos de Dios ; y sostened esta
qua–
lidad
con la pureza de vuestras costumbres:
Vosotros no
teneis mas que un
padre,
ue está en los cielos.
Aprenda ·
aquí
el grande
á
no hincharse por verse en un estado supe–
rior al del pobre : sepa que es su hermano,
y
mírelo como
á
tal.
El
pobre debe aprender igualmente á no envidiar
la
suerte del grande,, pues tiene á Dios por padre del mis- .·
mo modo que
el
rico,
y
ha sido criado para gozar de la
misma herencia en el cielo : herencia que con mas
facili–
dad comeguirán los pobres,
que
los ricos :
allí ·
los prime–
rbs puestos no se dah sü10
á
!ns mas humildes;
y
para
entrar
en a ')uella region feliz es necesario haberse hecho ,
pequeños como los niños. Finalmente, el Salvador termina
su
instruccion con este oráculo, que encierra
una
verdad
pr~ctica
,
·C) ue
si~ve
de
bas.a
á
to "
vírtud~s
cristianas;'.
y
es,
que
el
que
se
ensalza
será
hum
ti
ado,
y
el.que
s.e
hu–
milla
será ensalzado. El polvo no
se
levanta, sino pa,ra·
caer ;
y
solo
se
levaQt
qu ando
se
pisa,
y
se
lleva
ent re
los pies.
El
orgullo
...
l
mayor enemigo de nuestro
sosie-
go, el mayor tirr
del
cor azon humano: no nos solit ita
á subir muy arr·
, sino para que demos may0res caídas•
. No hay verd?
~ ro
mérito,
y
por consiguie'nte verdadera
glor ia,, sino
..
la humi ldad.
·
.
,
I
~
La
oracion
dé la misa es la síguiente.
Pérfice
quauumus
Dómine, be–
nlgnus
in nobis observántice
sanct
subsJ.dium
;
ut
c¡uce
te
auc-
Continuad , Señor ,
en darnos
por
vuestra. bondad Ja asfareocia
que
necesitamos ,
para obse rva r
per-