SEGUNDO
MARTES
de sucedérme, seda el que vos apartasds vuestro rostro
de mí. El texto hebréo dice:
No escondas de mi tu cara.
Este salmo
26.
es una oracion que hace á Dios David
pe-r–
seguido de Saúl ; pero intrépido en medio de los peligros
por la confianza en la bondad del Señor que lo Jefiende
y
lo protege. Fugitiv.o
para
evitar el furor de aquel tey
furioso, suspira por la vista del tabernáculo.
De
este mo–
do suspira por la patria celestial una alma acosada conti–
nuamente por los enemigos de su salvacion. Como el tiem–
po
de la persecucion que padeció David fué
muy
largo,
no se sabe
á
qué circunstancia , en particular, se debe re-–
ferir
esta suplica. Teodoreto y
Nicéforq
quieren que
Da–
vid haya compuesto este salmo -quando fue
á
Nobe
á
encontrar al sur,no sacerdote Abimelec, de quien_ recibió
los panes de la proposicion , que se habian quitado de. la
mesa del santuario : piensan que el profeta hace al11sion
á
esta aventura, quando en los versículos
5, 6
y
9
dice,
que si viera todos sus enemigos juntos
y
prontos
á
ar–
rojarse sobre
él,
no tetneria , porque el Señor !o ha es–
condido en
su
tabernáculo, y lo ha tomado baxo
su
pro–
teccion.
La
epístola de este dia contiene la historia del retiro
y
mansion que el profeta Elías hizo de órden
de
Dios en
casa de una viuda de la ciudad de Sarepta en Fenicia,
en
el territorio de los sidonios , mientras duró la seque–
dad ,
que
ocasionó una hambre general en todo el pais
de
los israelitas en. tiempo del rey Acab, cuya impiedad atra–
xo estos azotes sobre todo el pueblo. Elías era natural de
Tébas, en tierra de:
"ªretad :
vivia en el reyno de Acab,
rey de Israel,
y
en el de Josafat, rey de
Judá ,
por los
años de
3090
del mundo,
9.14
a1•
.::_~ántes
de Jesucristo. Es-
te
santo hombre no pudo sufrir
ra.
uiedades .de Acab
y
de su muger Jezabel.
Abras~do
de
aq
fuego ardiente de ,
que estaba animado, pronosticó
al
rey
~a
sequedad
que
debía durar tres años
y
medio, la qua]
·1só una ham–
bre
que desoló todo
d
pais.
El
profeta, co "orme al ór–
den que babia recibid<:> de Dios·, tuvo cerrado l cielo, por
decirlo así , todo aquel tiempo; y esto es de un modo tan
absoluto,
y
con_un poder tan pleno , que le d ix0 al rey,
que no caeria una gota de agua , ni de rocío sü su ór–
den :
C~n
la.palabra del Señor contuvo el
cielo.
El'- 'Uceso
ve-.