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DE QUARESMA.

cia la una

y

la

otra , lleno de confianza en los mereci–

~ientos

de Jesucristo,

y

en

la

proteccion

de la

santísima

Vírgen.

espero que me preservaréis de la desgracia. de

morir impenitente. . ·

No basta orar, es menester obrar.

i

Tienes que dispo–

nerte para

una

confesion extraordinaria

?

Anda este mis-–

mo dia á manifestar tu necesidad

y

tu resolucion al con-

·. fesor que hubieres estdgido. Empieza al instante tu refor–

ma, cercenando cierta superfluidad de adornos, cierto re–

finamiento de delicadeza. Empiezá por quemar ciertos

libros , por quitar de -tus salas ciertas pinturas, por vol–

ver

a

tomar ciertos a

y

res de modestia ') ciertas prácticas -

piadosas , cierta regularidad de que te babias dispensado.

Haz en este dia alguna penitencia

ó

mortificadon corpo·

ral. Haz alguna obra de miserkórdia ,

1)

da alguna limos–

na. Los pobres de la cárcel están harto abandonados ,

y

fu

era de estado de venir á hacerte presentes sus necesida–

des

y

miserias. Lo mismo se puede decir de

cierta~

fami·

lias vergonzantes ,

cuyas

miserias duelen tanto mas,

quan–

to ,son mas mudas. Estos principios de conversion

y

de

reforma son como las arras de una petseverancia cris- -

tiana,

y

te re_servarán de que mueras en pecado. Quan–

do o

y

gas pablar

de

alguh accidente funesto,

ú

~e

la muer-

te de

alguna persona conocida , procura decirte á

ti

mis-

·

~

mo, que en esta vida

nq

hay

des~racia

alguna sin

alivio ,

y

sin remedio ; solo es irremediable la

muert~

en pecado.•

.)

lVIA)lTES

(

-

. DE LA SEGUr• ·_

SEMANA

DE QUARESMA.

La

Iglesia etr

éza

la misa de este dia

por

este

~ersí­

culo

del

saltr

6.

Tibi dixit cor meum,

qw:esivi

vultum

tuum, vultu tuum

Dómine

requfram:

ne

avértas fáciem

tuam

a

me./ 1Vli corazon, os

ha

expuesto muchas veces sus

penas ,

y

por mas mudo que parezca , vos Señor , no de–

xais de

qirlo,

y

de conocer quáles son sus intentos

y

sus

deseos. ,

l o

,

Señor , suspiro por una sola mirada vuestra:

dignar

í

mirarme con

OJOS

benignos: el mayor

mal que

pue-

'

de