DE QUARESMA.
M E D 1T A C,.,I O N
/De la i1npenitencia final.
PUNTO PRIMERO.
Considera comq no ha
y
desgracia -mas
funesta
que
la
de -
vivir en pecado ; pero el colmo
~e t~das
las desgracias es
morir en
pecado~
,
~.
. ·
El
pecado sin la muerte es un gran mal ; y hablando
en rigor , es el único mal que se debe temer ; pero es–
te mar no excluye
la
esperanza de todo bien ; ántes bien
puede servir de materia
y
ocasion
p~ra
exercitar las mas
excelentes virtudes : puede ser , corno lo
ha
sido
en
mu–
chos Santos , motivo para la mas pasmosa penitencia; pe–
ro el sumo mal es el pecado con la muerte.
El
pecado
imprime en
la
muerte el carácter
de
su malicia : la muer•
te pone el último sello
á
la impenitencia del pecador.
El
pecado hace funesta para siempre la muerte: ¡qué con–
seqüencia tan extraña
!
La muerte hace irremisible para
siempre
el pecado. ¡Que
suerte mas triste y mas espan–
tosa!
La muerte en pecado extingue todo rayo de esperanza:
no hay gracia que pedir; no mas cielo que esperar;
ya
110
hay Salvador que implorar; ya no hay misericordia
que aguardar. Ternura de madre en María para con los
pecadores: compasion de la
Igle~:- .
"'~cia
sus hijos, pre–
cío infinito
de
la sangre de Je:;.ucristo-; todo se acaba,
io–
do cesa , todo se perdió
P"
d
el
pecador por
la
muerte
en
pecado :
la
imper:t-r
.d
final lo destierra para siem-–
pre de la congrega
-élel pueblo
d~
Dios ,
y
borra su
11ombre del libro
~
la vida.
Por
la muerte en pecado
la
justicia divio·
inprime el carácter imborrable · de
re–
probacion
en ' 1nfeliz
réprobo ; los demonios vienen
á
ser sus comr
eros' el infierno su eterna morada' los
fuegos y tod s los tormentos su herencia , la rabia y la
desesperacir
a
su pasion dominante , la condenacion su
destino y
,~u
suerte. Impenitencia fina_l , espantosa muer–
te en
pe
ado,
qué
terrible eres
!
sin
embargo ésta es
la
suerte
¿e
casi todos los que viven en
delicias ,
de
esos
Tq f Il•
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