DE QUARt..
I
los pechos de que
mama~te.
A1.
to ,
lo son los·que oyen la palabra
práctica.
El Salvador dió esta respue
todos los que lo oían ,
y
qt1e sin emL
hadan ni ménos malos , ni mas dóct.
ántes bien,
léjos de servir aquí de .corrr
, una confirmacion de lo que esta piad
de decir. Con este motivo, el Salvador
la dicha particular de su santa mad'
á
conocerá sus oyentes, qué felk_
qué felicidades pueden todos aspirar;
"' ~ -~ -
dicho: es verdad que el privilegio
y
la dicha d\,.
u.alluuu ....
son grandes;
y
m1s grandes de lo que los hombres
y
los án–
geles pueden comprehender. Su.eminente santidad, lo mu–
cho que puede con mi Padre
y
conmigo, su augusta
y
subli–
me dignidad de verdadera madre de Dios , deben llenar
de admiracion todos los entendimientos , ganarle todos los
corazones, merecerle todos los homenages; peró sabed,
que si la eleccion que Dios hizo de ella para una tan alta
dignidad no hubiera estado acompañada por su parte de
una perfecta docilidad , de una profunda humildad, de una
fe
y
una pureza sin límites, de una santidad sin exemplo;
toda la predileccion de mi Padre
y
mia para con ella no le
hubiera servido de nada. Qneria el Salvador dar á conocer
á
los judíos, que el amor de preferencia con que babia
distinguido
á
la nacion hebrea, escogiéndola por su pue–
blo peculiar , solo serviria para hacerla mas infeliz si no
practicaban lo que les enseñaba,
y
si no creían lo que
les decia; porque con esta indocilidad se harian mas cri·
minales
á
sus ojos.
'
L·a
oracion
tle la
misa
es la
siguiente.
!Juceru.mu1
omnlpotent
Deu.s,
'Dota
humilium ré1pice
,
at1ue
-d
defen1iónem no1tram
,
déx–
teram tute
maje.rtátis
exténde.
Per Dóminum
no1trum
Jesum
ChriJtum,
~c.
1
•
Tom.11.
Dios omnipotente,
recibid
favo·
rablemente los votos de los hu–
mildes,
y
dignaos alargar para
nuestra defensa la diestra de vues·
tra magestad. Por nuestro Señor
J
esucris
to ,
&c.
H
La