- . DE
QUARESMA.
III
•
taria, todas
las
luce~
juntas
alumbran·poco..
Pero el Salva-
dor todavía prosiguió en confm1dir la
obs~inadon
y
malig–
nidad de los
judíos
con una comparacion bien concluyente..
Quando
un
hombre valeroso, les dixo,
y
bien armado gaar•
da la entrada de su casa ,. solo otro mas poderoso que él
puede echarlo,
y
hacerse dueño de ella. Reconoced en es–
to
mis.momi
soberano. poder sobre todas las potestádes. de
las
tinieblas;
y
confesad,
qu~
µo
hay otro,
que Dios:
que
pueda echar al demonió.. No· teniendo. que re::; ponder
4
es–
to los. enem.igos del
·Salvador,.
añadi6
et
Señor: estoy tan
distante de tener la menor alianza con el demonio, que mi–
ro <t:omo,mi
enemigo
á
qualquiera
que
no·
lo
es suyo ;·
Qui
non est mecum contra me est._.
No hay neutralidad entre je–
sucristo
y
el príncipe de las tinieblas;,
ó
enteramente: del
uno,
ó
enteramente.
del
otro..
Todo
temperamento·,, ioda
condescendencia en materia _de· réligion
ó
d·e moral es µaa
ilusion.
i
Rehusas creer un punto de
fe~·
Eres: infiel aunque
guardes, toda la. ley: si la quebrantas en un s;olo, punto,.
te haces. reo de todos los otros.. Eres casto; pero eres.
soberbio : eres moderado·, austero.,,devoto;.pero haMas. mal
de
tus, hermanos: das limosna;: pero· no quires. perdonar
á.
tu enemigo.: no eres.enteramente de Jesucristo ,
y
así este ·
Señor
te
dexa
ent~rame.nte
ser del demonio.
Con
Dios.
no ·
valen servicios á medias,. quiere para sí toda la gloria•.iEres:
del
mundo~·
no-
te lisonjees
ser
de Jesucristo.
iEres
de Je–
sucristo~
debes, pues ,. ser enteramente opuesto· al espíritu
del mundo.
i
Buen
Dios,,
qua:ntas personas que se lismijean
ser de J esucristo porque llevan su librea., se.pasmarán en la.
muerte quando oygan deeir
á
éste soberano
Juez: Nescio vos
no os conozco! Por último ,. indignado· el hijo de Dios ,
y
tambiea cansado de· ver la obstinacion
y
la indocilidad de
aquella nacion ingrata ,
la.
predice 'de un modo bien claro
su fatal reprobacion, proponiéndola
la
parábola sig.uiente:
Quando el espíritu
inmunde>
ha salid'o- del cuerpo de··un hom–
bre, va
por
lugar.es.
áridos
buscando descamo
,y
no lo en–
cuentra; entónce.r dice
:
volveré
á
la casa. de· donde salí,
JI,
viniendo
á
ella·,. la batla harrida·y adornada. E ntánce.r to–
ma
consigo
Qt~os
siete· espíritus· peores.
que
él,
y
entrando
en
ella se
fort~'/ican
Jt
habitan allí,
y ·
la última condicion
-de aquel hombre viene
á
ser
peot·
que la primera. Así le
sucederá
á
esta perversa nacion.
Quería Jesucristo
hact!rles
com-