~vvo
I)EVOTOS.
me,
&
in medio ignis non
sum testudta: de alt itúc/i–
nc
v entris ínferi,
&
á
lin–
gua coinquináta,
&
á
ver–
bo mendácii,á rege iníquo,
&
á
lingua i¡ijú$ta: l(J,lf-
dabit
iuque
ad mortem
Dia
IV.
ánima m a Dóminum
,
quóniam
éntis
sustinén-
t es te,
&
/íberas eos de
mánibus géntium
,
.Dómi~
r¡,e Deus noster.
NOTA.
,,En el último capítulo del gclesiástico, de don–
,,¿e se ha tomado esta Epístola,
J
sus hijo de Sirác,
"Autor de este libro, da gracias
á
Dios
por haberle
"libertado de muchos
y
grandes riesgos. Este santo
"h mbre
fue
acusado ante Antióco Epiphánes, Rey
,,de Siria, que mandaba entonces en la Judéa;
y
"quizá fue en esta ocasion quando pasó á Egipto,
"en donde parece haber pasado los últimos años de
,, su vida, como se colige de haber encontrado
Sll.
"hijo sus
escritos en Egipto.
REFLEXIONE
S.
M
E libraste segun la muchedumbre de tus mi–
sericordias de los Leones rugientes.
iPor ven–
tura
no
son nuestras pu.siones estos Leones rugientes'?
á
lo menos tienen toda la
fi
reza , toda la
fo
rza
y
toda la
crueldad
de
los
L ...
ones;
¡y
qué horrible des–
trozo no
hacen en
nuest ra
alma!
las
pasiones
son
nuestros mas rn rtales en migos , tanto mas temibles,
quanto
s
n mas
dorn~s ticos.
Por mas que se las
ac,ui~
cíe,
se
las halague,
y
se las trate bien, jamás se do–
mestícan' jamás se amansan.
i
Qué enemigo
'buen
Dios,
no
alimentarno
en nosotros mismos!
El roedi
F3
de