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EXERCI C JOS
Diciembre. de
doma~
un enemigo ta/n terrible, es no hacer jamás
paces
ni
treguas con el. Somc.n vencidos desde el
·instante mismo
en
que le tratamo'J con blandura. La
viétoria dep nde cas i enteramente de la resistencia
Y
porfia del combate, ¿.se halaga una pasion
~
se hace
d sde luego mas fiera
y
mas
~~
: . ·uosa ; basta que
se
Ja dexe respirar un momento, para que tome nue–
vas fuerzas, forme nuevas cadenas,
y
lo lleve todo
á
fu ego
y á
sangre. Hay pasiones que es menester
mal~
tratarlas eternamente; ot ras se deben atacar de fre n–
te; las ha
y
tambien de tal cal idad, que solo con
la
huída podemos no ser vencidos de ellas. No vence
11na pas ion sino á medias , es irritarla ; no quitar!-tf
las
fü
rzas . Las reflexiones sobre los
tristes
efeéto;-;
'de
las pasiones , son un excelente remedio contra'l
las pasiones mismas. Ciertos poeblos procuraban ha–
cer ver
á
sus
hijos un'·hombre inflamado en cólera,
·en los furiosos transportes de esta pasion, para
inspi~
r arles hor ror
á
este brutal frenesí. Esta especie de ,
pinturas no dexan
de
hacer su impresion.
Si
el
aváro, :
si
el orgulloso· pudieran ver sus retratos
al
natural;
si
aquel sus sucios ahorros
y
su voluntaria miseria,
á
fin de dexar mas hacienda
á
unos ingratos que se di–
vertirán á costa de un tonto; si éste sus ridículas ideas
de gra ndeza,
y
la
desmedida estimacion que
h~ce
de
sí mismo con un mérito tan mediano; ésta- sola vista
les podria ervir de contraveneno,
ó
á
lo menos de–
bilitaría mucho lapa ion. Un hombre cuerdo se aver ...
gonzaria de ser colérico, de ser aváro;
y
un hombre
Ch ris türno de ser sobervio
y
altivo. Todas las demás
pasiones no dan mejor idea de sí
á
quien l as ve tales
como son. Es un artificio de
nuestro amor prop io el
no