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EXER CICI OS
Íembre.
ornavérunt lámpades suas. Fátute autem sapiénti–
bus dixérunt
:
Date nobis de óleo vestro: quia lám–
pades nostrte extinguúntur . Respondérunt prudén–
tes, dicéntes: Ne forte non sufficiat nobis,
&
vobis,
ite pótius ad vendéntes
,
&
/mite vobis. D um autem
irent érnere, venit sponsus
:
&
qute pm·átte erant,
intravérunt cum eo ad nuptias
,
&
clausa est
já–
nua. Novíssime vero véniunt
&
réliqute vírgines,
dicénte s : Dómine, Dómine áperi nobis. At ille res–
póndens, ait
.:
Amen dico vobis, néscio vos. f7igiláte
{taque, quia nes z"tis diem, neque borani.
MEDITACION
DE LA VIGILANCIA CI-IRISTIANA.
P U N T O P R 1
1\1
E R O.
C
onsidera quan funesto fue
á
estas
Vírgenes po–
co vigilantes su corto sueño. Se de piertan so–
bresaltadas, echan de ver ntonces que se apagan sus
lámparas por falta de aceyte, corren
á
comprarle.
En este corto inter\'álo viene el Esposo , y llena de
sus gracias
á
las Vírgenes sábias; esto es,
á
las
Vír–
genes
vigila~tes
que no se habian dexado coger
d 1
isueño. Las\ írgenes necias , quiero decir , las que
por su descuido y
su
soñolencia, no habían provis–
to su
lámparas, vuelven
á
toda dil igencia , pero
el Esposo había ya ent rado ,
y
se había cerr ado
la
puerta; llaman , gritan, suplícan , lloran;
pero
se les responde,
néscio vos;
no
sé
quienes ..,ois ; no
os conozco.¡
Ah
Senor
!
¡y
qué necesaria es
para la
sal~