;I)iciecpbre,
EXERCICIOS
PUNTO SEGUNDO.
C
onsidera' que orar sin velar es presumir de
1a
gracia, y lisongearse de una esperanza quimé–
rica de vencer, sin pelear con el enemigo. Velar sin
orar, es presumir de sus propias fuerzas,
y
exponerse
temerariamente al peligro de caer en la tentacion,
Orar sin velar, es contar sobre un socorro , que
ó
no
le tendr /mos ,
ó
que harémos nos·sea inútil. Velar sin
orar ,es contar sobre un socorro demasiado débil pa..
ra sostenernos, y pedir demasiado
á
una naturaleza
tan corrompida corno la nuestra ; pero descuidar de
velar sobre sí mismo y de orar, es estár muy cerca
de ceder
á
la tentacion y ser vencido:
t
y no es esta
la conduéta la timosa de la mayor parte de las gen ..
tes'? ?, esas personas tan poco religiosas, tan poco
christianas, juntan la oracion
á
la vigilancia'? ?,la
juntan las que se entregan ciegamente
á
todos los
peligros, las que alimentan y halagan
á
todas sus
pa~
siones, las que conocen que no son tan insensibles
á
la impresion de los objetos que se las prese tan? ¿Esas
mugeres de mundo juntan la oracion
á
la vigilancia,
quando pasan los días en la mas perniciosa ociosidad,
quando no piensan sino en el fau sto, en la compostu–
ra , en los speél:áculos, en las diversiones ; cuyas
costumbres son tan contrarias
á
la moral de la Re–
ligion,
y
cuya conduéta es enteramente pagana'?
t
y
se pasman despues , que el infierno se lléne de Chris–
tianos '?
iY
se lastiman de la dificultad qu hay en el
mundo de obrar su salvacion'?
i
y se excusan
y
dis–
culp an con su :flaqueza
1
quando
la
sal acion fuera
iq.r}
f ácil como es dificil;
~viviendo
como viven hoy
la