EXERCICIOS
Diciembre. dría , se encontró alli con sus padres, qu ienes le cono.:
cieron sin embargo de la mutacion que había causa–
do ero él una ausencia de mas de veinte años, pasados
en los continuos exercicios de la mas austéra pen'iten-.
cia. El amor paternal hizo tbdos los esfuerzos
posi~
bles para obligarle
á
mudar de estado , y volver
al
mundo; pero los ruegos , las solicitudes y las lágri–
mas de los suyos, no pudieron to rce r jamás su voca–
cion ; dixo
á
su padre, que si las leyes de la guerra
cast igaban con tanto rigor
á
los
desertores ; ~
qué cas..
tigo no debia esperar de Dios el que abandonaba su
servicio~
Esta generosa respuesta embelesó
á
sus pa...
dres; quienes admiraron su constancia
y
su virtud,
y
se contentaron con encomendarse
á
sus oraciones.
·
Habiendo muerto TeoB:isto , obtuvo nuestra
Santo permiso del santo Abad Eutímio para retirar–
se á una soledad mas austéra. Se encerró en una pe–
queña gruta, donde pasaba cinco días á la semana sil1
alimento; ocupado únicamente en la oracion
y
en el
trabajo de manos, el que no interrumpía su oracion;
hacía regularmente diez cestillos cada dia , y
el
Sá–
bado llevaba sus cincuenta cestillos al Monasterio,
P.onde pasaba el Domingo con sus hermanos;
y
por
la tarde se llevaba los ramos de palma que necesi–
taba para ocuparse los cinco días sigu ientes, con lo$
que se encerraba en su gruta. San Eutímio que lla–
maba
á
nuestro Santo el joven viejo por su alta vir–
tud
y
sabiduría, le llevaba todos los años el día r4
de Enero al desierto de Rubán, donde se creía que
el Salvador habia pasado los quarenta días despues
de su bautismo ; ambos perrnanecian allí hasta el
Domingo de Ramos en un espantoso ayuno,
y
exer-
c1-