DE VOTOS.
56r
arferé,
le dixo
el
Rey de
Francia, que echaba. :
un Dia
XXIX.
ado todos sus resentimientos ,
y
que T c más podia
olverse
á
su Iglesia.
Un
santo Sacerdote volviendo
á
Sens con el Santo, le dixo con espíritu profético,
que se babia tratado de la paz de la Iglesia en la Ca–
pilla de los Mártires , pero que segun le parecía , la
paz solo se lograría con su martirio,
á
lo
que
el San–
to
le
respondió, que nada deseaba tanto , como
que
su sangre fuese el precio de esta libertad.
·
No
habiendo podido el Rey conseguir
la
depo~
sicion del Arzobispo de Cantorberi, buscaba todos
los medios de molestarle,
y
hacerle perder lo&
de–
rechos de su Iglesia. Hizo coronar por el Arzobis–
po de Yorck al Príncipe Enrique su hijo, resistiendo–
lo el
Papa
y
el Primado, pero
bien
pronto se arrepin–
tió de lo hecho.
El
Papa declaró al Arzobispo de
Y
orck por suspenso y excomulgado ,
y
fulminó
las
mismas censuras contra todos los Obispos que ha–
bían asistido
á
la coronacion del joven Príncipe ,
é
hizo decir al Rey de Inglaterra,
que
si no volvia
la
pa•
á
la Igle§ia ,
se
vería precisado
á
poner Entredi–
cho en todos sus Estados.
El
Rey que estaba ya
ar–
repentido de todas sus violencias, se rindió
á
las pa–
ternales
amonestaciones del
Papa,
Dixo
quería
erse
con el Arzobispo de Cantorberi ; se tuvo la confe–
rencia en una gran
pradería ,
que se llamaba el Pra..
do de los traidores. Se concluyó la paz con mucha.
sinceridad por parte del Santo, y con grandes de–
mostraciones de benevolencia de parte del Rey , el
que no pudo dexar d-e
derrallél.arlágrimas de ternura,
quando vió al Santo
á
sus pies. Habienqose
des~edi -;
do el Arzobispo del Rey ,
y
dado muchas gracias a
Nn
to-