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VIDA
DE CHRISTO
rador 'Constantino , su hijo , el que recibió este pre–
cios~ ~ón ~n
particular -yeneracion. Conservó una
porc10n défel en
Gons~antmopla
, y la otra la envió
a 'Roma , en donde fue colocada en la magnifica Igle–
sia que dicho Emperador mandó edificar expresamente
para este fin, y que p<:>r.·esto se llamó la Iglesia de San–
ta Cruz de Jerusalén.
San Cirilo , que fue Obispo de Jerusalén veinte
y
quatro años despues de San MacarJ.o, asegura que
el Universo se halló en poco tiempo lleno de pedazos
de la .porcián de la Cruz que estaba en Jerusalén; por
quanto: sus predecesores desde SanMacario, y el mis–
mo daban
partecita~
de ella
a
los Peregrinos de dis–
tincion ' que iban por devocion
a
Jerusalén de todas
las partes
d~l
Mtrhdo
a
adora~
este sagrado madero;
y
el mismo Padre añade ·, como testigo ocular , que esta
porcion de la Cruz no se disminuía por la distribucion
que de ella se hacía, sino que antes bien se renovaba
en ella visiblemente el milagrG de la multiplicacion de
los cinco-panes, distribuyendose sin cesar pedazos de
ella, sin disminuirse €n-nada dicha porcion tlel sagra-
no madero. San PauHno, que vivía el año quatrocien–
t-0s veinte
y
.cinco, dice, que esta virtud milagre>sa de
ttste sagrado madero, que sin embargo de estár muer–
to
y
seco par€cia reproducirse todavía como
si
estu–
-viese vivo ' le había·sido comunicada por
el
contaél:o
de aquella carp e divina , que habiendo padecido la
muerte sobre el mismo madero ,
la
venció con su glo–
riosa Resurreccion. Esta .Cruz , en medio de er mate–
rial ,
y
estár totalmente seca, parece viv ir aun
y
ali–
mentarse , con t0do 'que nada tiene
yá·
de vegetable;
de suerte ., que desde aquel tiempo , añade dicho San-
to,