'
SEñOR
NUESTRO.
26S
sin que se pudiese discernir bien qual era-lá del Salva-
-dor. El titulo en que Pilatos había escritc stas pala–
bras:
J-esus Nazareno
R ey
de los J udíos
,
abía
sidG
arrancado ,
y
estaba entre las cruces ; lo que hacía
vér bastantemente que una de las tres era
la
que se
buscaba , pero no fue jamás posible conocer qual era
esta.
.
>
En este embara'.l:O' consult6
la
Emperatriz
a
Sart
Macario, Obispo de Jerusalén, el qual fue de parecer
que se arrimasen las tres cruces
a
algunos enfermos,
no dudando que Dios declararía _por medio ·de algun
mila.gro qual de las tres era verdaderamente
la
Cru~
del Salvador. Aprobóse este consejo : aplicaronse
las
tres cruces
a
una Sefiora de distincion, que estaba ag<>
nizando;
las
dos prim;}ras no produxeron ningun efec–
to , pero apenas la enferma hubo tocado
la
tercera,
quando de repente quedó sana
a
vista de una infinidad
,de gente, que fueron testigos todos del milagro.
Pa..
ra
asegurarse todavía mas de la verdad , se pusieron
las tres cruces sobre un cadaver ;
y
la que había
yá
curado
a
la enferma , fue la única qne resucitó
aL
muerto. Desde entonces ,
a
este leño sagrado que ha–
bía
servido de instrumento al. misterio de nuestra re–
dencion; se
le
dió el culto que le era debido;
y
desde
este tiempo se hizo célebre la memoria de este dia
en–
tre las fiestas de la Iglesia , baxo el titulo de
la
Inven–
cion de la Santa Cruz , cuya fiesta
se
celebra todos
los años el dia tres de Mayo.
La
Emperatriz
Santa
Elena hizo edificar una
magnifica Iglesia
en el mis....
mo sitio , en que se halló la Cruz ;
y
puso en es ta
Iglesia la mitad de este sagrado leño , el que hiz'o
enga¡tar ricamente ,
y
llevó la
otra
mitad
al Emp.e-
Ll
· ra-