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-VIDA DE CHRISTO
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§.
LXX.
DE
LOS SAGRADOS CLAVOS,
rte la Corona de espínas
,
del Titulo de la Cruz.,
de la Esponja que aplicaron
a
los
tabi~s
de
Jesu-Christo en la Cruz.
C
On la Cruz del Salvador del Mundo se hallaron tam–
bien los sagrados clavos que habían atravesado sus
pies
y
sus manos: fue facil distinguirlos de los que ha–
bíanservido
a
la. crm;ifixion de los ,dos ladrones ' por
quanto
a
estos los habfa. comido la herrumbre,
y
los del
Safvador se_habian conservado milagrosan;íente tersos,
y
pareciaJI nuevos. Santa Elena hizo todo el aprecio que
debía de una tan pn:;ciosa reliquia; envió dos de ellos
al
EmperadorCoµstªntiQo., los que empleó este en el boca–
do de la brida de su caballo;
a
lo .qual S. Gregorio de
Tours, despues de S. Ambrosig , de Teodoreto
y
de
otros Padres, aplica el versiculo
20.
del capitulo
14.
del
Profeta Zacarías,que dice:
In die illa erit quod superfre–
num equi est, sanCtum Domino.
En aquel dia será santo,
y
consagrado al Señor lo que sirve de bocado
a
Ja bri–
da del caballo.
U
no de estos santos clavos
se
guarda
en
Carpentrás, Ci
udad Episcopal del Condado
V
enes in;
y
a
esta preciosa
reliquia.sele hace una fiesta particular en
dicha Ciudad , baxo el título del clavo sanro. El otro.
clavo se
vé
en Milán en la Iglesia mayor , que se llama
el Domo de Mil án,
a
donde fue trasladado con mucha
solemnidad por San Carlos. El tercer clavo lo hizo ·en–
gastar Santa Elena en la diadema de su hijo
CoIJ~an
tino. El quarto asegura San Ambrosio ,
que
fue echa-
do