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VIDA DE CHRISTd
n s de
la
gracia. Tuvo Judas el descaro de preguntar
tambien ":
1
Salvador, si era él el que lo en regaría,
Je~
sus le respondió en voz baxa: Tú eres. Es probable que
los Apóstoles no oyeron,
o
no entendieron estas pala–
bras ,
o
que no pudieron imaginarse jamás que ninguno
de ellos pudiese ser capáz de un tan negro delito.
·
Entretanto se continuó la cena;
y
al fin de ella,
Jesus , que lavandoles los pies, los había corno prepa–
rado para el Sacramento que debía instituir entonces ·
mismo,
y
de que el Cordero Pasqual era figura, no
contento con haber dado a los hombres señales tan vi–
sibles de su ternura, quiso la víspera de su muerte dar....
les una prueba todavía mas sensible del amor mas ex–
traordinario que hubo jamás.
Era costumbre en
la
ceremonia de
la
cena
y
del
Cordero Pasqual
2
tener baxo los manteles un pan sin
levadura, que el padre de familias cortaba en otros
tantos pedazos, quantas eran las personas que había
a
la mesa'
y
los que distribuía
a
cada uno ' segun su
graduacion. Habiendo tornado el Salvador este pan,
lo bendixo, es decir, lo consagró ;
y
levantando los
ojos al Cielo, dió gracias
a
Dios su Padre; despues,
habiendolo partido ,
lo
distribuyó
a
sus Discípulos
diciendo:
Tomad,
y
corned; este es mi cuerpo.
(a) Era
tambien estílo al fin de
la
cena, beber todos uno despues
de otro del vino que había en un caliz ,
o
copa , que
el mismo padre de familias les alargaba. Tomando Je-–
sus la copa ,
y
habiendola bendecido del mismo modo
que lo había hecho con el pan , la dió
a
sus Discípu–
los, diciendo:
Bebed todos de
ella ;
porque esta es
mi
-
Sangre, que hace el nuevo Testamento,
y
que
será
der-
ra-
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(a) Matb.
29.