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§.
_XXXIII.
,
JESU-CHRISTO PREDICE SU MUERTE
a
sus Discípulos,
y
les dá una importante leccion
·de humildad.
E
Ntretanto preparaba el'Salvador
a
sus Discípulos,
para el escándalo que había de causarles su muer–
te, cuyo tiempo se acercaba ; y aprovechandose de to–
das las ocasiones que se presentaban de prevenirles to
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do lo que había de padecer, les ha".ia de todo esto las
mas vivas pinturas: (a) El hijo del hombre, les decía,
será entregado en manos de los hombres: quitaránle
la
vida, y despues de haberlo muerto, resucitará al ter–
cero dia ; pero los Discípulos , afíade el Evangelista,
no comprehendían lo que les decía, tomando sin duda
esta prediccion en ·un sentido figurado,
y
por una·me–
táfora; porque no podian imaginarse, que pudiese jamás
suceder realmente lo que Jesu-Christo les decía de su
Pasion , de su ígnominiosa Muerte, y de su Resurrec..
cion: tampoco se atrevían á preguntarle, quizá temien–
do les dixese demasiado, y mas de lo que quisieran,
para hacerles creer una cosa que les había de afligir
mucho,
y
de que el solo pensamiento los asustaba.
Habiendo llegado
a
Cafarnaún , les preguntó
a
·sus Discípulos,
t,
qué era de lo que hablabaa en el ca–
mino~
Ninguno se atrevió
a
responderle; porque ha–
bían disputado sobre quien de ellos era mayor, esto
es , quién ocuparia el primer puesto en el Reyno
del Mesías ; en lo que se vé quan imbuídos estaban
S
de
(a) Marc.
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