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bre que .caminaba sobre el agua , se asustaron ,
cn~yendo vér un fantasma. El terror les hizo dár un gran
grito; pero Jesus Jos sosegó , diciendoles_: -o temais,
Yo soy, .Señor , exclamó entonces Pedro , si sois Vos,
mandadme que vaya
a
Vos caminanqo tambien yo sobre
las aguas ; dixole Jesus , Vén. Lo mismo fue .oír esto
Pedro, que baxar de la barca , y caminar animosamen–
te ·sobre el agua , para ir
a
donde estaba Jesus ; pero
habiendose aumentado
el
viento , tuvo miedo , y em–
pezando
a
hundirse , exclamó : Señor, Salvame, que
me hundQ: cogiendolo Jesus por la i;nano , le dixo:
Hombre de poca
fé,
i
por qué has dudado'? Tanta ver..,.
dad es, que nos hundimos y empezamos
a
irnos
a
pique
aun-
a
la vista del mismo
Jesu~Christo,
desde el punto
<=¡ue dudamos, desde el instante que nuestra fé se amor–
tigua ,
y
es una
fé
vacilante. Pero lo mismo fue entrar '
Jesus en la barca con Pedro, que echarse el viento,
y
quedar la mar en calma. Todos estos prodigios hicie–
ron que abriesen !Os ojos los Discíp_µlos , que hasta en–
tonces no habían hecho bastante reflexion sobre el
mi–
l-agro de Jos cinco panes. Todas estas maravillas empe....
zaron
a
excitar su admiraeion'
y
los obligaron
a
que
reconocieran por Hijo de Dios al que los babia obra..,
do. Habiendose, pues, postrado
a
sus pies, lo adoraron
como
a
taJ.
.
No bien hubo desembarcado en tierra d.e .Geneza–
ret , al lado de acá del lago , quando se esparció por
todo el país
la
fama de la· llegada del gran Profeta ; lo
que fue causa que por todos los parages por donde pa....
saba , le ·llevasen
de
todas par.tes enfermos en camas
por tátiles, los que se expon.ian fuera de las casas,
y
le
suplicaban permitiese solamente
el
que tocasen la or-
p
~
la