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VIDA
bE CHRISTO
davía ningun alimento. Despues que
el
Salvador los
hubo instruido ;
y
·despues de haber curado
a
los en- .
fermos.,
v~do
los Discípulos que se hacía tarde , le
dixeron : Serior, despeclidlos , para q'ue vayan
a
las
Aldéas vecinas
a
c0mprar que comer ; pero Jesus les
diKo: No tienen necesidad·de,ir , dadles vosotros
mis–
mos de comer... Respondiero·nle : No tenemos aquí
sino cinco pan€s
y
dos pe.ces;
i
pero qué
~s
esto para
tanta gente? Doscientos denarios de pan ( esta suma
puede reducirse
a
cinquenta francos de moneda de
Fqrncia ,
.y
a
oehoeientos reales ·de
Ja
de España) no
bastarían
1
eara que cada · uno tomase un bocado ' aña–
di.ó Felipe. Hizo Jesus que Je Jle:yasen los .cinco panes
y
los dos peces ; y habie ndolos bendencido , hizo que
I.os _d!~ tribuyera~
entre todo. aquel Pueblo :
C<? I~ieron
todos
y
se hartaron ,
y
de lo que·sóbI &se flenaron do–
ce cana$tas.
Un milagro tan e_stopendo -' le dió al Pueblo tanto
golpe; que no había quien no exclamase : · Este es
el
Profeta que ha de venir ·al
mundo~
Se pensaba tambien
en cogerlo y hacerlo Rey; pero habiendo conocido Je–
sus sus intenciones, se huyó otra vez solo al monte. Por
la
tarde, habiendo entrado sus Discípul9s en
un~ bar~a,
pasaron el mar para ir
a
Cafarn~úm;
pero empezando
a
soplar
un
gran viento, se encrespó el mar
~
y
no ha"'"
hiendo pociido losApóstoles abordar
a
fuerza de remos,
se cFeyeron perdidos; tan. violenta era
la
tempestad.
. Conoció. el .Salvador desde ·el desierto
el
temor
y
el
riesgo en que se, hallaban '
y
no tardó en ocurrir
a
lo
Úno_y
a
lo otro.
. .
Hácia las quatro de
·la
ma~ana
fue_
a
~llos
; cami–
nando sobre la
mar..
1
Los
Apóstol€~ , vi~ndo
a
un
hom~
bre