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DIA

·X.

1

6)

á

rendirse

a

las disposiciones del Cielo. Fué consagrado,

·y

cc locado en la Sil'la Arzobispal con universal aplauso;

pero la nueva dignidad solo sirvió para hacerle mas hn–

m

ilde,

y

su conducta justificó desde luego

el

aderto de

la

eleccion.

Dexáronse ver

def.de

mas alto , y con mayor distin–

don su caridad ,

su ard

iente zelo ,

y

las demas virtudes

que

c s t ~

ban como encnbiertas en

la vida particular , y

·pr ivada. Ya qne no pudo ser original,

á

lo ménos fué

vivísima copia del ret ra to que hace

el

Apóstol de un

per–

fecto rrehdo. Sn zelo no podia ser mas vivo ,

y

al

n1is–

mo tiempo mas p1udente; su caridad no podia ser ., ni

.mas universal , ni mas benéfica; su solicitud Pastoral no

podia ser mas ·activa, ni

tamJoco mas dichosa. Era tan

pode1-oso en obras como en palabras : predicaba todos los

dias

á

su Pueblo; visitaba por sí mismo los enfermos ,

y

casi todos los pobres vivran

á

expensas de sus rentas. Eran

pocos los pecadores que_pedían re istir e

á

su

dulzura, y

rarísimo el que

QO

se

rendía

á.

su zelo.

D~

ba mucho realce

a

la inocencia de

tl S

éostumbres el rigor de

SUS

grandes

penit eucias; y no contribuía poco para aumentar el fondo

de las

limosnas su prodigiosa abstinencia ,

junta . con la

gr an modestia de su vestido , de sus muebles, y de todo

el axuar de su Palacio. Su devocien era tan tierna

que

siendo casi continua su oracion , lo era tambien el t¿rren–

te de Iagrimas que derramaba en ella, tanto que se veía

obligado

á

tener siempre de prevencion una toballa,

ó

nn

pañuelo en el Oratorio para enxugarse los ojos. Pudo ha–

ver

á

las manos nno de estos cierto leproso ,

·Y

apénas se

le apli ró

c: on

la

que tenia de la santidad de su dueño

quando q11 edó del todo sano ,

y

limpio. A este

milagr~

se sigt tiéron otros muchos, los qnales hiciéron tanto rui–

do '· 9ue comenzó

a

.asustaFse su

~u mildad.

Luego que -co–

nono que en su Cmdad Arzobispal

le veneraban como

Santo , cumelí zÓ

á

mirarle con tédio ,

y

ann con horror.

No

fL té posible acostumbrarse

á

los

honores

que

todos le

tribuu ban.

La

carga que le opLimia, e11 vez de

.1li ~e r a rse

con la experiencia, cada dia

se

le hacia mas pesada :::>nunca

se