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ABRIL.

Su .aplicadon al estudio, su amor al retiro , su n1odestia,

y

sus arregladas costumbres le mereciéron la admiracion,

y

aun la veneracion de todos. Apénas se vió en el estado

Eclesiistico , quando fué n1odelo ,

y

exem piar de toda la

Clerecía. Haviéndole encomendado negocios muy impor–

tantes , se portó en todos con tanta edificacion ,

y

los

desempeñó con tanto acierto , que desde luego 1e consi–

deraban ya

todos con1o digno sucesor de su exemplar

Arzobispo.

Con efecto estos n1ismos eran los pensamientos de

aquel -insigne Prelado. Cargado de años , y oprimido de

achaques , viendo que se acercaba su fin , juntó al Clero,

y

al Pueblo, y le habló en estos, ó semejantes ré1 minos:

Ta veis, amados hijos, y hermanos

,

que ltt muerte eJtá lla–

mando

á

las puertas de este pobre viejo, av.n mas agcviado

ron el peso de la obligacion, que con el de su avanzada c(iad.

Llámarime ya para que dé cuenta de mi adminiJtracion,

y

á

fin de que el cargo sea menor os he convocado para daros mis

últimos consejos,

y

para encomendarme en vuestras oraciones.

Veisme ya tocan o con la mano el término de mi penosa

,

y

dilatada carrera : ninguno interesará mas que vosotros en n&m–

brarme

sucesor, que repare mis defectos. Muchos sugelos

teneis beneméritos,

y

dignos; pero si mi voto vale algo . a ·eo

que el Cielo os sena/a como con la mano por vuestro Pc.stor

á

mi sobrino Macario. No os persuádiréis que influyen la ·car–

ne ,

y

sangre en est.1 conf iada manifestacion que

OJ

hago del

concepto que yo f ormo

:

su notoria v irtud

,

y sus méritos so–

bresalientes me libran de e1ta sospecha

,

y creeré que sin mi

recomendacion, ellos miJmos clamarian por todos vuestros

JU-

fragios.

Apénas acabó el Santo viejo de pronunciar estas

últimas palabras , quando toda la Asamblea clamó

á

una

voz unifo rme :

Macario será vuestro sucesor

:

no queremos

otro PaJtor que al jóven Mácario.

No fué ta ri

f:í cil log rar sn consentimiento, como Id

havia si do co nsegu ir la aclamad o n de la C le recía ,

y

del

P ueb lo.

Q~< J n to

mas le

d e.;; eab ;~ n

los otros po r Arzo bispo,

n1as indi gno se juzgaba él de aqu ell a dignidad

5

pero al fi n,

h.IViendo

1nuerto

el

Santo viejo,

se

vió precisado lviacario

,

a