![Show Menu](styles/mobile-menu.png)
![Page Background](./../common/page-substrates/page0178.jpg)
ABRIL.
Su .aplicadon al estudio, su amor al retiro , su n1odestia,
y
sus arregladas costumbres le mereciéron la admiracion,
y
aun la veneracion de todos. Apénas se vió en el estado
Eclesiistico , quando fué n1odelo ,
y
exem piar de toda la
Clerecía. Haviéndole encomendado negocios muy impor–
tantes , se portó en todos con tanta edificacion ,
y
los
desempeñó con tanto acierto , que desde luego 1e consi–
deraban ya
todos con1o digno sucesor de su exemplar
Arzobispo.
Con efecto estos n1ismos eran los pensamientos de
aquel -insigne Prelado. Cargado de años , y oprimido de
achaques , viendo que se acercaba su fin , juntó al Clero,
y
al Pueblo, y le habló en estos, ó semejantes ré1 minos:
Ta veis, amados hijos, y hermanos
,
que ltt muerte eJtá lla–
mando
á
las puertas de este pobre viejo, av.n mas agcviado
ron el peso de la obligacion, que con el de su avanzada c(iad.
Llámarime ya para que dé cuenta de mi adminiJtracion,
y
á
fin de que el cargo sea menor os he convocado para daros mis
últimos consejos,
y
para encomendarme en vuestras oraciones.
Veisme ya tocan o con la mano el término de mi penosa
,
y
dilatada carrera : ninguno interesará mas que vosotros en n&m–
brarme
sucesor, que repare mis defectos. Muchos sugelos
teneis beneméritos,
y
dignos; pero si mi voto vale algo . a ·eo
que el Cielo os sena/a como con la mano por vuestro Pc.stor
á
mi sobrino Macario. No os persuádiréis que influyen la ·car–
ne ,
y
sangre en est.1 conf iada manifestacion que
OJ
hago del
concepto que yo f ormo
:
su notoria v irtud
,
y sus méritos so–
bresalientes me libran de e1ta sospecha
,
y creeré que sin mi
recomendacion, ellos miJmos clamarian por todos vuestros
JU-
fragios.
Apénas acabó el Santo viejo de pronunciar estas
últimas palabras , quando toda la Asamblea clamó
á
una
voz unifo rme :
Macario será vuestro sucesor
:
no queremos
otro PaJtor que al jóven Mácario.
•
No fué ta ri
f:í cil log rar sn consentimiento, como Id
havia si do co nsegu ir la aclamad o n de la C le recía ,
y
del
P ueb lo.
Q~< J n to
mas le
d e.;; eab ;~ n
los otros po r Arzo bispo,
n1as indi gno se juzgaba él de aqu ell a dignidad
5
pero al fi n,
h.IViendo
1nuerto
el
Santo viejo,
se
vió precisado lviacario
,
a