![Show Menu](styles/mobile-menu.png)
![Page Background](./../common/page-substrates/page0119.jpg)
DI A
VI.
105
_
Juvenal de Jerusalen ,
y
á
Flaviano Philipense ,
celebérri~
mos Obispos del Oriente , para que se armasen contra el
poderoso Autor de la heregía. Pero no haviendo tenido el
deseado efecto estos paternales avisos: no satisfecho
SLl
Apostólico zelo con haver condenado al Heresiarca
perti~
naz en un Concilio , qne tuvo en Roma
en
el año
43
o.
valiéndose de la proteccion del Emperador Theodosio el
Jóven , hizo se celebrase nn Concilio General en Epheso en
el año siguiente de 4
3
r. , que fué el III. de los Ecuménicos,
al qne asistiéron dJscientos Obispos con los Legados Apos–
tólicos, que lo fuéron San Cirilo, Arcadio,
y
Phosisto Obis-
pos,
y
Phelipe
l. ,
donde fué condenado Nest!-:>rÍo con su
heregía , desautorizado; desterrado,
y
recluso ·en el Mo–
nasterio cie San Euprep10 de Anrioquía, quien 'falleció des–
pues infelizmente,
y
aun se dice , que ántes de morii· se
fe llenó
la
lengua de asqnerosísimos gusanos , qne se la
despedazaban , en castigo sin d11da de las blasfemias , que
havil vomitado contra la Vírgen Santí ima ;
y
para que
constase en todo tiem o
1
que la lgl ia califica , cree ,
y
confiesa sobre la prero.,a iva de la Santísima Vü-gen , que
negaba aquel infeliz , se
decr~tó
en el mismo Concilio , que
se añadiese en
la
Salutadon Angélica la ex,presion Santa
María Madre de Dios.
·Las Cartas, que Celestino escribió
á
San Ci1:ilo, al Em–
perador Theodosio,
y
al Concilio , que copió
á
!a letra
el
Cardenal Baronio en sus Anales, leidas en
aq~1ella
celebér–
rima as;lmblea , no cesáron los Padres de admirar ,
y
elo–
giar su infatigable zelo , su grande sabid11ría ,
y
su vasta
erudicion en el asunto de la controversia, confesando to–
dos
á
una voz, que
á
su solicitud pa toral debían las Igle–
sias Orientales el· verse libres de la peste Nestoriana , inexo-–
rable hasta sepultar una heregía , que destrnia toda la glo–
ria de la Vírgen SantÍsima.
• En medio de esta universalidad de e lidados tuvo tiem–
po p:tra descender al establecimiento de varios reglamentos
de d.isci plina Eclesiástica ,
y
de componer diferentes partes
de la Liturgía, que acreditan muy bien el zelo con que
se esmeró en la política de la Iglesia,
y
en que "los Di-
O
ri~