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D 1 A VI.

103

que se resistiéron aqueilos naturales á su predicacion ; le

concedió Dios este consuelo por medio de San Patricio,

quien haviendo venido á Roma á visitar los Santos Luga–

res, que se veneran en aquella Capital ; conocido su e -

píritu de Celestino, despues de tenerle consigo algun tiem–

po ,

y

de haver probado sn fé , doctrina ,

y

santidad , le

con agró Obispo,

y

le

destinó

á

b conversion de lrl.:mda;

la que con efecto hizo en

términos , que le mereciéron

el renombre de Apóstol de aquella Nacían.

A'lnque todos estos laudables hechos bastaban para

realizar

el

mérito de este insigne Papa,

lo

que mas eter–

,nizó su gloria fué el ardor ,

y

actividad con que se apJi...

có á sofocar las perniciosas novedades , que per"turbaban

·la paz ;

y

los desvelos con que se dedicó á extinguir las

heregías. Si en algun tiempo tuvo la Iglesia necesidad de

un Pastor tan zeleso ,

y

vigilante , de un Papa tan santo,

y

sabio,

y

de una cabeza visible, que fuese capaz de opo–

nerse á los esfL erzos de las heregías, fué el de Celestino.

Pebgio ,

o bre de grande ingcüio , de vasta erudi–

cion ,

y

seductora

l0qi encia, enemigo capital de la gra–

cia , se atrevió á ne&1r

la

trasfosion del pecado original

en el génel"o hum-an

,

la necesidad de la gracia , en–

salzando

ta~1to

las fherzas del libre albedrío ; que sostenía,

que solo con las facultades naturales podía el hombre cum–

plir los preceptos de Dius ,

j

tstificarse,

y

conseguir

la

sal–

vacion. Estos principios cardinales de tan craso error defen–

día su discípulo Celestio, hombre acre,

y

n1ordáz, con tanto

empeño, que se llamáron sus. sequaces Celestianos , como

Pelagíanos los de aquel. Juliano, otro discípulo del Here–

siarca, hombre erudito en letras divinas ,

y

humanas, su–

mamente eluqüente,

y

jactancioso, no satisfecho con pro–

teger el error , tuvo la osadía de escribir varios Iibros.

contra San

A~nstin

, Ínclito defensor de la Di vi na

gracia~

•Y contra

b

Fé Cathólica. Todos estos monstruos que vo–

mitó

el

abismo para inducir en los hombres fas mas per–

jud.ciales máximas

i

la jusrificacion ,

y

salvacion , causa–

b.m en el Occidente daños irreparables , dignos de la mas

se era coneccion ; pero armad..> Celestino de una fortaleza,

y