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DIA VL
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havian hurtado la Cabeza de Santa Genovefa , Guillermo
se ofreció
á
entrar en un horno encendido, llevando en'
las manos
Lt
Cabeza de la Santa, que muchos Prelados
havi.1n hallado en la Caxa , para prueba de que no era'
supuesta.
No se ceñia
a
los límites de Francia
la fama de la
virtud de nuestro Santo: penetró hasta Dinamarca ; y de-
1
seoso Absalon , Obispo de Roschild , de restituir la pu- .
reza de la antigua disciplina en un .Monasterio de su Diá–
cesi , situado en la lsla de Eschil , le pareció que ningtmo
podria ayudarle mejor
a
COL1SegL1Ír tan SantO intentO, que
el
Superior de los Canónigos Reglares de Santa Genovefa:
Despachó, pues, cartas para este fin al Preboste de su
Iglesia , que comunmente se cree haver sido
el
célebre
Saxon
el
Gramático , que compuso la Historia de Dina–
m.arca. Aunque al Abad de Santa Genovefa le costó mu–
cho desprenderse del que era como el alma de la religio–
sa observancia de su casa, con todo eso juzgó que debia
hacer
a
la mayor glori-a de Dios este doloroso sacrificio.
Partió Guillen
!lO
e1 compañía de otros tres CanónigoS'
que le ayudasen ' etit blar la reforma.
Fuéron recibido de Waldemar , hijo del Martyi· San Ca–
nuto, con extraordinatil bondad , y el Obi po Absalon,
uno de los mas insignes Prelados de aquel siglo , despues·
1
de colmarlos de honras , los hizo importantísimos servi–
cios. Luego que Guillermo se vió en posesion de la Aba..-:
día de Eschil, se dedicó con el mayor empeño
á
estable–
cer en ella la observancia Regular. Para conseguirlo juzgó
que el medio mas eficaz era ir adelante con el exemplo.
Pero desde luego se descubrió ser empresa mas dificulto–
sa de lo que
á
él se le havia figurado. Porque así el ri–
guroso temperamento de aquel clima, como el poco uso
en la lengua del Pais, y
ICl'-
suma pobreza de la Casa, pu–
•siéron su zelo.,
y
su virtud en grandes , y muy dolorosas
pruebas. Los tres compañeros que havia traído de ParÍS',
no pudiendo tolerar el rigor del frio, ni las demás
inco~
modidades de aquella tierra , le abandordron , queriendo
resueltamente volverse
á
Francia. Los Religiosos de la Casa;·
N
z
acos-