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A BRfL.

llern1o

el

artificio , se quedó en

S!.l

Cabildo , haciendo

1nayor empeño .de ser cada dia mas observante, y mas

exemplar, edificando tanto

á

todo el Pueblo, que Estevan

Obispo de París le ordenó de Diácono ,

á

pesar de los

esfuerzos que hiciéron sus enemigos para estorvarle este

· grado.

Vacó por este tien1po el Curato, ó PrebostÍa de Es–

pina

y ,

que era provision del Cabildo de Santa Genovefa,

á cinco leguas de París ,

y

los Canónigos no tuviéron

lduda en proveerle en Guillen110 , celebrando se les ofre–

.ciese este honrado pretexto para desviarle. Aceptóle el San–

to , reteniendo su Prebenda, por ser costumbre de aquella

:Iglesia, qne dicho Curato ,

ó

Prebostía fuese servido por

alguno del cuerpo del n1isn1o Cabildo.

No gozáron n1uclio tietnpo de la mayor libertad, que

creian tener ya con haver alexado de sí

á

aquel virtüoso

c01npañero, cuya observancia les incon1odaba tanto; por–

.que haviendo venido

á

París en. el año de

1 147.

el Papa

¡:ugenio

lll.

y

s·endo inforn1ado de la licencia con que

vivian aquellos Canónigos , resolvió con beneplácito del

Rey Luis e Jóven hacerlos Regulares. Dióse l'a con1ision

á ·

Sugerio , Abad de San Dionisia , que introduxo en

Santa Genovefa del

ante

á

los Canónigos Reglares de

San Victor,

d~xando

á

los Secula1es , durante su vida, la

renta de sus Prebendas.

Luego que lo supo Guillenno , sin deliberar un pun..

to renunció al instante su Curato para hacerse Canónigo

Reglar,

y

apénas abrazó el .nuevo Instituto , quando fué

su singular orna1nento. Admiró

á

los n1as perfectos su

exactitud en la disciplina regular ' su devocion '

y

su fer–

v,or. Hiciéronle Superior de la Casa ,

y

lnego se conoció

lo que puede en una Con1unidad Religiosa el exetnplo de

un superior prudente ,

y

santo.

Aunque era

muy

vivo el zelo que tenia por la disci-1

plina regular , .sabia te

m

plarle con tanta prudencia , con

tanta n1odestia,

y

con tanta suavidad, que al misn1o tienl–

po que hacia guardar

la observancia , hacia amable el

precepto.. Haviéndose esparcido en París la voz de

que

ha...

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