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ABRIL.
¡)ocresía es la envidia en personas Religiosas , devqtas ,
y
espirituales!
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Es por ventura pos
ibleamar :i ' Dios sin ale–
grarse de que otros
le
amen~ ~Es
P.Orventura posible amar
al próximo ,
y
no complacerse·
en sus
prosperidades~
Es–
ta complacencia en una alma verdaderamente humilde no
es extraordinaria. La tristeza por la estimacion agena solo
se encuentra en corazones orgullosos , · presumidos , y po–
co christianos.
Charitas non est ambiti()Ja.
Tampoco es ambiciosa la ca–
ridad. Con todo eso, vei11os no pocas veces reynar la am–
bician con imperio absoluto en corazones muy presumi–
dos de estar inflamados en la mas ardiente caridad. Sienl–
pre es despreciable la ambicion ; pero nunca se hace mas
odiosa , que qnando se descubre en ciertos estados , que
se fund áron en la Iglesia de Dios para asilo de la Chris–
tiana humildad.
¡Qllé indignid,
d ,
que unas
persona~
, que por su pro–
fesion no deben tener otro modelo
~
que los abatimien–
tos de
L
n homb ·e Dios , ni otras leyes , que las n1as per–
fectas
d~
\
an gelio , aspit en
á
los pdmeros asientos, an–
helen
ror la ptimeras ocupaciones! Regalos , connexio–
nes, bax:ezas, ne ociaciones, ruindades , e1npeños, artifi–
cios sutiles , políticas secretas , parcialidades , todo sirve,
y
de todo S·e valen en la ocasion para llegar
á
sus fines.
¡
Qqé
de hazañerías! ¡Qué de afectadas muestras de amistad! ¡Qué
de industrias estudiadas! ¡Qué de mañuelas ocultas!
Y
to–
do para
ir
grangeando votos , los quales, au nque den ma–
yor derecho al cargo , ó al empleo , no ·por eso hacen
1nénos indignos
á
los pretendientes. Esas elevaciones artifi–
ciales , efectos · de
b
ambicion, presto se desmienten
á
sí
n1ismas. ¡Pero qué daño no hacen
á
los que se alimen–
tan con ellas !
lnterdum
dcminatttr homo homini in malt-tm
suum.
(
Eccl. 8.) Quando no es el Señor
el
que te colo–
có en ese puesto, nunca estarás en él sin peligro. Desdi.J'
<hado de aquel que solo debe la Prelacía
á
su ambician. Co–
ré , DJthi n , Abirón , y Hón pereciéron con
el
incensa–
rio en
la.
mano , por haverse entremetido sin vocacion en
d
sagrado·ministerio ; por haver intentado usurpar por via
de
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