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EL LIBRO DE LA
SABIDURIA.
16
Impii
autem rnanibus et
verbis accers ierunt
illam : et
aestiman tes illam arnicam , de–
fiu xerunt ,
et
sponsiones posue–
runt ad
illam : quoniam digni
sunt qui sint ex par_te illius.
(.;;
Y
A J& uerte; como si dixera : Ad am
y
sus d escendientes , q ue conrraxeron e
imita ron e l pecado d e A d am , llamaron a
la
muerte con rodo el ah inco ,
y
p or todos
los caminos la tuvie ron p o r digoa de su
arnisrad,
Proverb.
V II
r.
y
se le coligaron
estrechamente .
lsAI - xxVIII . I
5.
I
8 .
M as
$e
corrieron
y
p asaron como agua , o se
16
Mas los impios con ma–
nos
y
con p al abras
la
llama–
ron
1
:
y estimandola su amiga,
se desviaron ,
e
hiciero n
con
ella
tratados: porque d ignos son
de ser del partido de ella
2 •
d e rritieron como cera al calor d e! foego,
perdiendd.~odo
su vi gor
y
fo e rzas.
2
J?orque no me recen o t ra p aga ni
o–
tra re'compensa sino ser en tregados
a · 1a
muerte , los que se e c;:haron
al
partido
de e ll a. Todo lo que h asta aqui se ha
d icho de la muerte temporal d el cuerpo,
con viene t ambien
a
la eterna del alma.
CAPITULQ
II.
S entimientos
y
deseos de los impios. Prophecla insigne acerca de Je–
su Christo.
. I
D
·xerunt enim cogitan–
tes . a pud se no n
r eCte : Exi-
. guum
a
e t cum t aedio est tem–
p
s vi t ae nostrae , et non est
refrigerium in fi ne hominis , et
n on est q ui a gni t us sit reversus
ab i nferis :
2
Q uia ex nihilo nati su–
mus , et pos t hoc. erirnus t a m–
quam non 'fuerimus : quoniam
•
L os impios. Se in troduce aqu1 una
convers ac ion d e aquellos libe rtino s eque
niegan la inmortalid ad de! alma , el• p re–
mio de los buenos ,
y
e l castigo d e los
malos
l
y
gene ralmen te la p rovidencia d e
Dios ; os q uales viven como besti as.
2
El Griego
1ta1
ou1t
fo't"iv
i'a<n5 ,
y
no
hay
r cmedio en
cl
fin de! hombre
con tra
la mu erte.
Contra vim mortis non est m c–
dicamcn in hortis .
3
~
Quien despues d e muerto ha vuel-
a
I r;b
Vil.
I .
et
XIV.
I.
I
P
orque dixeron pensan–
do ent re si no bien
x
:
Corto
y
enojoso es
el
tiempo de -nuestra
vida ' y no hay refrigerio en er
fin del horn bre
2
,
ni se ha co–
nccid o quien h aya tor_nado de
los infiernos
3 :
2
Porque de nada nacemos \
y
despuesde esto seremos
~orno
sino
hubie1amos sido: porque ' h
mos
to a contarnos
Io
que pasa por
a11 a? di–
c e n los liberti nos. La Resurreccio.n de
Christo basta a confondir
a
semejantes im–
p ios ,
y
a mos trar con toda evidenc ia la
fa lsed ad
y
neced ad de sns d iscursos.
4
E l Griego
av..ocrx,eoiw5 ,
acaso;
por"
que no reconocen la p rovidencia
' e Dios
en e l n acimien to d e Ios hombres .
5
Porq ue nues t ra respiracion o resue–
llo , es como un ligero humo que inme- .
di atamente p asa
y
se desvanece del tod o•
.
..
.