LA PROPHECIA DE ISAIAS.
extremis terrae, ct a Jonginquis
eius vocavi te , et dixi t ibi : Ser-·
vus meus
es
tu , elc:t6i
te , et
non abieci te.
10
Ne timeas , quia
e~o
te–
cum sum : ne declines , quia ego
Deus
tuus : confortav i
te
et
auxiliatus sum
ti
bi , ef suscepit
te dext
:a
iusti mei.
11
Ecce
confundentur
et
erubescent omnes qui pugnant
adversum te : erun t quasi non
sint , et peribunt viri qui con–
tradicun
tibi.
1 2
Quae res eos ,
et
non
in–
venies , viros rebelles tuos: erunt
quasi non sint : et veluti con–
sum
ptio , homines bellantes
, -
versum
Je:
13
Qtua
o Dominus Deus
tuus apprehendens manum tuam,–
dicensq ue tibi : N e timeas , ego
adiuvi te :
14
Noli timere, vermis Iacob,
qui mortui estis ex Israel: ego
auxiliatus sum t ibi ,
· it Domi–
nus : et redemptor tuus Sancrus
Israel :
r 5 Ego posui te quasi plau–
s trum triturans novum , habens
z
EI
H ebreo
!
7i~
-quiayo
ht!
toma~
do
de
las t!Xtremidades di!
ta
tierra
.. .
2
Y
el Justo que yo te he enviado te
ha sostenido con su mano.
Y
mi mano
que sostuvo a Ab raham , te sost\;Ddri
t ambien a tL Lo que se verific6 ·mas per–
fetl:amente , entendiendose , come co–
munrnente entienden los P adres , por
el
Jus
'
Jesu Christo,
a
quien s@s tuvo
la
derec
a
del
Padre ,
y
en
el y
po r
el
al
Pueblo de sus escogid os. El Hebreo :
No
dt!sma'l'es
.. .
que siempre te
sosundr~
con
la
diestra de mi Justo
y
de
mi
justicia .
3
A
q uien los que t e mi rnn con ojos
de
earn
,
co i:.isideran co rno un gm1an o,
como
un
Pueblo de corto numero
y
de
extremos de la tierra
1
,
y
de sus
pa rtes rernotas te llame, y te di–
xe : Sie rvo mio eres tu , yo tees–
cogi , y no te deseche.
10
No temas , que yo estoy
con
ti
go: no declines , ·porque yo
soy tu Dios : te conforte
y
te
auxllie , y te recibio la derecha
de mi Justo
2
•
Ir
He aqui confundidos .
y
avergonzados seran todos los
q
ue
pelean contra
ti.
:
seran como
sino fuesen ,
y
pereceran los va–
rones q
ue
a
ti
te cont radicen.
12
Los buscaras , y no los ha–
llaras ,
a
los varones q ue te
se
re–
belaron: seran como sino fuese n:
y
co
mo aniquilacion , los hom–
bres que hacen guerra contra
ti.
13
Porque yo soy
el
Senor tu
Dios que t e tomo por
la
mano,
y
te digo: No temas, yo te he au–
x!liado:
I
4
No temas , gusano de
J
a–
cob
3 ,
los que sois muertos de Is–
rael
4 :
yo te he auxll iado' d ice
el
Senor:
y
tu
redentor
es
el Santo
de Israel:
15
Yo te puse como carro nue–
vo q ue trilla
s
,
armado de dien-
poqu1simo valo r.
o
con viene
perfech–
m ente
.a
la Igles ia en su cuna
y
princi–
cios.
v
easeS .P
AB LO
1.Corinth.r. 26.27.28 .
4
E l H eb reo :
Qui! estais reducidos
-
/
a un pequeno nitmt!ro.
s
Aunque los ojos carnale·s te tengan
polj
n Pueblo de tan poca consideracioo,
esto no obstan te, yo .hare q ue seas come
l as ruedas de un carro nuevo , que
.~rma
d as de fuer tes di entes de hierro '
aran
y
cortarin en menudos t rozos t odo
lo que
se Jes ponga por d e lante. En lo qoal se re·
presenta el t riumpho del Evangelic sobre
t odo
el
poder y
~abidur!a
de los hombres.
P uede tambi e n t ras lada1se :
CQmo un car–
ro que tril!a lo
nu1vo,
l a~
nuevas
mie&es .