CAPITULO
XIV.
433
movi6 a tu venida, ha 'hecho sa–
li
r a tu encuentro los .gigantes
1 •
Todos los _Pdncipes de la tierra,
todos los Principes de las N acio–
nes se levantaron de sus thronos.
tus
est
in occursum adventus
tui , suscitavit
tibi gigantes.
Omnes Principes terrae surrexe–
runt de soliis suis, omnes Prin–
cipes nationum.
IO
Universi
respondebunt~
et dicen t tibi : Et tu vulneratus
es sicut et nos , nostri similis
effectus es.
Ir
Detracta est ad
inferos
su perbia tua , concidit cadaver
tuum : subter te sternetur tinea,
e t
operimentum
tuum
erunt
vermes.
2 ·
i
Quomodo cecidisti de
Ca Jo, Lucifer, qui mane orieba–
ris
?.
i
corruisti in terram , qui
vulneraba~
gentes?
I
3 Qui dicebas in corde tuo:
In Caelum conscendam , super
astra Dei exaltabo solium meum,
sedebo in monte testamenti , in
lateribus aquilonis.
14
Ascendam super altitu–
dinem nubium , similis ero Al-
tissimo.
·
15
Verumtamen ad in
fernum
detraheris in profundum fa.ci:
r6 Qui te videriot , ad
te
inclinabuntur
,
teque prospi-
z
Gig.antes
,
aq
os famosos cuya
soberbia imitaste ,
y
bien los
Prfnci–
pes
y
Potentados. El Hebreo :
Muertos.
~
MS.
6.
Cayo la
tu carnipa.
El He–
breo :
El estruendo de tus nablos,
o
ins–
trumentos musicos ; es to
ei'
ya no se
oye en
tu
Palacio el estruendo de dtha–
ras y otros instrumentos m(1sicos
co~o
se
solia oir en orros tiempos.
·
3
T do esto a la letra se debe enten–
d er dcl Rey de Babylonia. La caida
y
arrogancia de Luzbel se describe aqu1 co–
mo un a p arabola
o
figura del orgullo
y
caida dcl soberbio Balthasar,
y
de rodos
l os T y ranos perseguidores de la Iglesia,
y
asim i mo de la caida del
Antechristo.
Tom. VI. ·
Io
Todos responderan, y te
di ran: T ambien tu has sido herido
corno nosowos , te has hecho se–
mejan te a nosotros.
11
Abatida ha sido '
sober–
bia hasta las •infiernos , cay6 tu
cadaver
2
:
debaxo de
ti
se tende–
ra
la polilla,
y
tu cobertura seran
las gusanos.
- 12
i
Como .C?iste del Cielo,
o Lucifer
3 ,
q ue nacias por la ma–
fiana ·? ic6mo caiste en tierra,
tu
que llagabas las gentes?
13
Tu que decias en tu cora–
zon : Subire \al Cielo
4 ,
obre los
astros de Dias alzare mi throno,
me sentare en el monte del testa–
mento
s,
a los lados del aquilon
6 •
14
Subire sabre la altura de
las nubes , semejante sere al Al–
tisimo.
I
5
Ma~l
infierno seras pre–
cipitado en lo profundo del Jago:
16
Los q ue te vieren, abaxar–
sehan hacia
ti,
y
conternplartehan:
4
A I.i
mayor 41Wtura de magestad
y
de gloria ,
h'·
pretender que se me ri·i–
bnten aquellos honores
y
cultos, que so–
lamente se deben a Dios.
s
De Sion, en donde estaba
el
Arca
de!
T~tamenro
, y a donde concurrian
los Hebreos para adorar al Senor. As! co–
mo Dios era adorado en el Templo de
Jerusalem , antes que mi padre Nab
-
donosor
lo
derribase ; asi yo Balr
1,
sar
quiero t ambien ser adorado como Dios
sobre mi throno , o en mis templos
y
pa–
lacio~.
'
Se nombra el aquilon , porque el
Temp lo de Salomon estaba situ ado
a
la par–
te
septentrional
Je b
Ciudad
de
Jerusalem.
lii