CAPITULO II.
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riae,
ostende mihi faciem tuam,
sonet vox tua in auribus meis:
vox enim tua dulcis , et facies
tua
decora.
15
Capite nobis vulpes par–
vulas quae dernoliunrur vineas:
nam vinea nostra floruit.
16
Dilectus meus mipi ,
et
quiebras de esta piedra son sus preciosas
Llagas y hendiduras ;
y
la principal del
Costado se representa en la abertura de la
p red. El Esposo pues exhorta
y
convida
con el mayor amor a su Paloma a que va–
ya a reposar en sos Llagas,
y
principal–
mehte en la d el Costado , en donde ha–
llara el remedio , la proteccion
y
refugiG
p ara todos los peligros, y el colmo de
tod as las consolaciones es piriruales en to–
das sus necesidades. Si esto haces , le di–
ce , all! me haras conocer tu
fe
y
tu
amor ; alli me presentaras tus gemidos,
tus deseos , tu reconocimiento ,
tu ar–
dieute ca ridad: y alll me complac·ere mi–
rando tu belleza
y
la dulzura de tu voz,
quando implores mi misericordi a , y con–
fieses tu propia eofermed ad y miseria :
y
esto hara que yo de total cumplimien–
to a todo lo qoe desees y me pidas.
·vease
s.
BERNARDO.
z.
Las pal abras Heb reas
iH~1~t'1
"'1:'.9.t
beshher hammadh.reghah
,
se trasladan
t ambien :
En lo escondido de la escale–
ra.
El sentido es el mismo , represen–
tfodose en esta a
J
esu Christo , que es
por qui en subim
al P adre. En los
LXX.
se lee
iv
aKE7t">;1
'r~5
7rfrpcxs ,
Ex,oµEv~
-roi.i 7rpo-rE1x,ia!J.1XT05
,
al cubierto de fa
piedra
,
junta a la antemuralla
:
en Io
qu e se d:.i a eorender a la Esposa , que
alli esrad. al abrigo de todas las inclemen–
cias
y
de todos los peligros.
~
Esta es una apostrophe de! Esposo
a sus amigos , en la que mientras se entre–
tenia en dukes coloquios
y
tratos con su
Esposa , .Jes encarga
y
manda que con el
mayor coidado busquen las mad rigue ras
de las raposas; y que tomfodo aun las pe–
quenas ,
y
matiodol as , p reve ngan todo
el dano que pudieran hacer en lo venidero
ti
su vifia, que todavfa estaba en fl.or o en
ra de la rnuralla
r,
descubreme tu
rostro, suene tu voz en
mi~
ore–
jas: porque tu voz es duke,
y
tu
rostro herrnoso.
1
5
Prendednos
las ra
posas pe–
quefias
2
que nos dafian las
vifias:
porque nuestra vifia esta en ft.or.
16
IV'"fi
amado par
mi
3,
y yo
cierne. Esta exhorr-acion se encamina pri–
meramente a los Santos Angel es , a qu ie–
nes esta encomeodada la custodia de la
I–
glesia;
y
en segundo lugar a los Aposto–
fes
y
a sos sucesores en el ministerio. Por
estas
r .1posas
entienden los Padres co–
munmente a los Hereges , a los qnales se
deb~
resistir
y
hacer frente en los prin–
cipios , quando comienzan a sembrar sns
errores , sin esperar a que
cr~can
y for–
men partidos ,
y
arrastr en tras
s1
a la
muchedumbre con sus noved ades ; por–
que entonces es mas diflcil
y
peligroso el
entrar en
lid con ellos. Se representan
tambien Ios sabios del sig
, aqnellos con–
tra quienes habla S.
PABLO
en la
1.
a
los de Corintho
1.
que condenan como
necedad
y
locura la sabidurfa , simplici–
dad y verdad Christiana , detestando co–
mo error
y
mentira todo lo que no ese
conforme a los principios de su deprava–
da
y
corrompida philosophfa, pretendien- ·
do , si fuese posible , introducir una li–
bertad
y
licencia sin freno ni medida , en
el pcosar , en el dogmatizar
y
en el vi–
vir. Ultimamente se da aqu1
un
impor–
t antfsimo av iso a las almas de los justos,
,Para que no desprecien aquellas fa ltas
y
oefeetos que parecen pequenos ; sino que
procuren con el mayor 'cu idado ahogar–
l<fs y desarraiga rlos en los p rincipios , por–
que creciendo y
tomando fuerzas , no
vengan despues poco a poco
series cau–
sa de una entera , in evitable
lastimosa
ruin a. S.
GREGORIO.
3
La Esposa , agradecida a t an se–
fialados favores , publica la estrecha u–
nion
y
amor que merece a su Esposo:
Jc corresponde , d ando muesrras d e los
grandes deseos que ticne de que no le
falte su vista ni presencia , hasta que
pueda gozade . del todo, sin t emores de
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