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22

EL CANTICO DE LOS CANTICOS.

advenit : vox turturis audita est

in terra nostra.

13

Ficus protulit grossos

suos : vineae fiorentes dederunt

odorem suum. Surge , amica mea,

speciosa mea , et veni:

14 Columba mea, in forami–

nibus petrae , in caverna mace-

simas. Primeramente Jesu Christo, que

se llama

la jlor def campo ,

v.

r.

despues

su Santfsima Madre;

y

luego los Pasto–

res , los Magos, los Santos Inocentes, los

Ap6stoles , Discfpulos ,

y

otros innume–

rables Santos de que

foe

corr.puesta la I–

glesia de Jerusalem. Lo q1;lal igualmente

puede enrenclerse de toda la Iglesia uni–

versal ;

y

en otro sentido , de los fervo–

rosos d ese os y conatos con que muchas

almas puras "Spiran a su salud, imploran–

do para conseguirla el socorro del Cielo.

• MS.

6.

Tiempo de cuedar vino,

qne

suele ser a la salida de ! invierno. Secor–

tan de la vid los sarmientos inutiles para ·

que ella -de

fr~-D

en mayor abundancia.

En esto se. nos decl ara con quinto

~ui­

dado hemos de cortar

y

separar de no–

sotros todo aquello que nos puede ser–

vir de estorbo para crecer en la virtud

y

in

el amor de Jesu Christo..

2

Otros segun el Hebreo :

El tiempo

de!

canto

de las aves y los paxarillos. La

t 6rtola busca lugares templados para pa–

sar el

invi~rno

, y vuelve en la primavera

a sus acostumbrados nidos , que fabrica

en lo alto de los a rboles ' y en lugares

solitarios

y

montuosos. Es un

ge rogl

~fi.c

o de

los

gemidos, soledad, penitencia,

pureza

y

otras viri:udes , qne comeozaron

a cultivarse en el campo de Jesu Christo.

Lo es tambieu de aguellas almas eleva..–

das , que apartadas del trato y bullicio

de los hombres , no quieren otro amante

ui otro

~ado

que a Jesu Christo, por

quien gi men ,

y

a qui en encaminan sus

llantos

y

amorosos suspiros.

3

Esto es, sus primeros frutos, que

nacen jun_tamente con las hojas , y llegan

.mas prontamente a su sazon . En estos se

seiialan primeramente todos los justos del

O!ntiguo Testamento, que fueron los pri-

pod a

1

ha venido :

la

voz de

la

t6r–

tola

2

se

ha oido ennuestra tierra.

13

La higuera echo fuera sus

brevas

3 :

las vifias

en

cierne die–

ion su fragrancia

4 •

Levantate,

a–

miga mia, hermosa mia,

y

ven:

14

Paloma mia, en las hendi–

du~as

de

l~

piedra

s

,

en

la

abertu-

meros frutos para el Cielo por la Resur–

reccion de Jesu Christo , que descendio

al Limbo ·para comunicarles una bien–

aventuranza cumplida con su presencia.

D espues de esto los Apostoles

y

Disd–

pulos de!

Sefi.or

, y otros Santos muy

i–

lustres de la Iglesia de Jerusalem. El Es–

poso convida a la Esposa a que mire con

alegrfa y contento estos primeros .frutos

como indicios de la primera estacion ,

o

sea de los principios de la Ley de Gracia.

4

En estas vi·iias se representan las

I–

glesias de los Gentiles , qne esparcieron

y difondieron tan to e l olor de la Reli gion

Christiana , a la que en poqnlsimo ti em–

po se convirtieron muchos mill ares . Se

represeotan t ambien las Igledas particu–

lares ,

y

cada una de las almas , en las

quales , como expone

0RIGENES ,

sine>

h ay flores, no puede haber uvas ; sino

hay olor, tampoco habri sabor ; sino se

aplican al cultivo de su salud, no podrin

dar frutos de buenas obras, ni esparci r o–

lor de virtudes para edifica cion y aprove–

chamiento de sos pr6ximos.

5

En las qui ebras o huecos de las pie–

dras , y en

los

escondrijos de alguna pa–

red de edificio anti

guo

r

caido como

sue~

le ha_ber en Ios campos, es en donde co–

munmente tienen su asiento

y

hacen su

nido las palomas campesinas y otras aves.

Por estas palabras convida el Esposo a su

amada Esposa a que salga a vivir en sa

compafila al retire>

y

soledad , en donde

a semej anza de

la

paloma no conozca o–

tro amor que el suyo: le dice que habite

en

los

huecos de las piedras , o en

la

a–

bertura del muro , asegurfodole.,que al lf

se le podri mostrar sin el menor

estorbo~

.pues

SU

:vista allf le Sera m

U

J

arnable ,

y

su voz muy suave y agradablc. La piedra

de que aqu1 se habla es

J

esu Christo ; las