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EPISTOLA
l .
DE S. PABLO A TIMOTHEO.
mini nostri l esu Christi , et ei
quae secundum pietatem est
doél:rinae;
4
Superbus est, ni hil sciens,
sed langucns circa quacstiones
et pugnas verborum : ex quibus
oriuntur invidiae, contentiones,
blasphemiae , suspiciones ma–
lae,
5 Confiiél:ationes hominum
rne~te cor~upt?rum
, et qui
vernate pnvat1 sunt , existi–
rnantium quaestum esse pieta–
tem.
6 E st autem quaestus ma–
gnus pietas cum sufficientia.
7 Nihil enim intulimus in
hunc mundum :
h~u1
dubiuln
quod nec auferre qu1d possumus.
8 Habentes • autem alimen·
ta ,
~uibus
tegamur, his co'lc–
tentt
SiffiUS.
9 N am qui volunt divites
fieri , incidunt in tentationem
et in laqueum diaboli , et desi–
deria multa inutilia et nociva,
quae mergunt homines in inte–
ritum et perditionem.
"
Está lleno de orgullo, ignora lo ne–
cesario para salvarse.
3
Semejante
i
b que padecen los fre–
né[icos , o los que deliran en
d
ardor de
una fiebre o fuer«: cale[!tura. Es una viva
imágcn de Jos efeétos
'{~.1c
producen las
hen:gías
entre
sus mismos artífices
y
fau–
tores : lo qual se ve comprob'}do por Ja
experiencia de todos los siglos. Aquí pa–
rece que San Pablo dice esro principal-
""
mente contra los Gnósticos.
'
Que solo se sirven de la piedad pa–
ra hacer un tráfico con ella , sorprehen–
dicndo a Jos simp.les con sus
aparic~cias,
para reducirlo todo a su provecho. El
rex~
ro Griego añade aquí
á~k«~o
d.wO'T~r
IJ
Prowrb.
IIYII.
16.
\
labras de nuestro Señor J esu
Christo , y aquella doél:rina que
es conforme a piedad;
4
Soberbio es
1
,
nada sabe,
mas ántes flaquea • sobre qüestio–
nes y contiendas de palabras: de
donde se originan envidias, ren–
cillas , blasphemias , sospechas
malas,
5 Altercaciones de hombres
perversos de entendimiento ,
y
que están privados de la verdad,
creyendo que la piedad es una
grangería ' ·
6 Mas es grande ganancia la
piedad con 'Jo que basta
4 •
7 Porque nada metimos en eS·
te mundo : y es cierto que tampo–
ccPpod remos sacar nada
s.
8 Teniendo'' pues •manteni–
miento, y con que cubrirnos, con·
tentémonos con esto.
9 Porqll<!! los que quieren h?–
cerse ricos , caen en tentacion
y
en lazo del diablo,
y
en muchos
deseos inútiles y perniciosos, que
anegan a los hombres en muerte
y
en perdicion
6
•
-rottf'lrólr ,
nptfrtal~
de utos tales.
V t!ase
la
dcscripcion de los errores de los J-lercges
de aquellos primeros tiempos en
S. IR
s–
NEO
Lib.
r.
Cap.
I:r.
y
en
Ü RIGBN¡¡s
Lib.
V
f.
C01lfr.
c~ls.
4
Para trivir , sin inquietarse por
lo
demás.
s
Jon
1. 21.
Ecclu. v.
14. Esto noi
lo enseña lo que vemos todos los dias.
6
Os anegar€
,
por
110
ser mugado de
vosotras
:
fué un célebre dicho de un
Philósopho antiguo , que arrojó en
la
mar
sus riquezas. 1t.{ejor uso pndo hacer de
ellas
,
habiéndolas repartido entre los
pobres. Véase Jo que dice S.
TnoMAS
Len.
11.