CAPITULO XXIII.
mine, memento mei , cum vene–
ris in regnum tuum.
43 Et di xit illi Iesus :·Amen
dico tibi: Hodie mccum eris in
Paradiso.
44 Erat auu
ta , et tenebrae
ram nonam.
45 Et obscuratus est
So,
:
et
velum Templi scissum est n e–
díum.
46 Et clamans vece magna
Iesus ait • : Pater , in manus
tuas commendo spi.ritum cyum,
Et haec dicens, expi ravít.
47 Videos autem Centurio
quod faétum fuerat, glori ficavit
Deum , dícens : Vere hic horno
iustus erat.
,.
48 Et
om1j,
s turba eorum,
qu i simul a
de~
' nt ad speétacu–
lum istud, et
i,
idebant quae fie–
bant , percu¡ · ntes peétora sua
revertebantUJ\
1
1
49 Stabai!'i, autem omnes no–
t i eius a long ?,. et mulieres quae
secutae eum
-,\i
ant a Galilaea,
haec videntes. ·\
.;z
so
Et • ecce ·:,!
acuérdate de mí , quando viaie–
res a
tu
Reyno.
43 Y díxole J esus : En ver–
dad te di¡!O: Que hoy serás con–
migo en el Paraíso '.
44 Y era ya casi la hora de
sexta •
" toda la tierra se cu-
e
tiOlt;vJ:(4;)1
.
de nona.
45 Y obscurecióse el Sol :
y
el velo del Templo rasgóse por
~edio,
46 Y Jesus dando una gra n–
de voz, dixo : Padre, en tus ma–
nos encomiendo mi espíritu. Y
&ciendo esto , espiró.
47 Y quando vió el
Centu~ .
rion lo que había acaecido , glo–
rificó a Dios, diciendo: Verda–
deramente este hombre era justo.
4S
0
Y
todo el gentío que
asistía a este expeétáculo ,
veía lo que pasaba
> ,
se vol–
vía, dándose golpes en los pe–
chos.
49 Y todos los conocidos
d~
J esus y las mugeres que le ha–
bían seguido de Galiléa, estaban
a lo léjos mirando estas cosas.
so
Y he aq ' un hombre bue-
"'
s D esde el momento n
(
smo en qqo
~
MS.
El'
a ya / o.tcns
hora áe sett:ta.
espiró el-Hijo de Dios , rod
1•
los
justos~
3
Viendo el eclipse del Sol contra la9
Santos de
lo~
siglos pasado! ·sruvicron en
leyes naru
el temblor de la tierra,
y
su cOmpañía,
y
gozando de:':
1
presencia se
todos los
prodigios con que la nam...
hallaron en el P:uaíso; esto ..
~!
,
en
el
Lim~
r:tl,Jza mosrrab. su sentimiento ,
y
publi-
bo de los Padres , en medi1 de unas de-
caba
la
inocen~~.
del Señor ; se volvían
liciJ.S que el
cspíriru del ho1· re no puede
hiriéndose Jos p
~~~
os, en señ:tl de la pe-
comprehendcr miéntr:ts pcr
~mece
cerca-
na
que
senrian
l
haber tenido pane en
do de esta mortalidad . Por.c'J
en
el
Ciclo
una injusticia
ra~
rande.
Y
estos eran los
no entraron ni pudieron
e~f~.
r hasta que
de
la
plebe, qulr. abian pedido la muerre
el
dia de la
Ascension
fué.P:'
rada su sa-
del Salvador ,
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1
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gados de los Príncipes
~~:~a
Humanidad,
y
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Jas puer-
~¡~~iEO x.;~~~~ ij
0
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los
Ancianos.
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11
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