CAPITULO IX.
337
vestrorum excutite in testimo–
nium su_pra illos.
6 Egressi autem circúibant
per castella , evangelizant_es et
curantes ubique.
'
7 Audivit autem • Herodes
Tetrarcha omnia quae fiebant ab
eo , et haesitabat eo quod
dir~retur
8 A quibusdam: Quia
~au
nes surréxit a mortuis; a qUibus–
dam vero: Quia Elias apparuit;
ab aliis autem : Quia _Prop eta
unus de antiquis surrexit.
'
9 Et ait H erodes : Ioannem
ego decollavi: ¿Quis· est autein
iste , de quo ego
talia audio?
et quaerebat videre eum.
10
Et reversi Apostoli, nar–
raverunt illi quaecumque fece–
runt: et assumptis illis secessit
seorsum in Jocum desertum , qui
est Bethsaidae.
r r Quod curo cognovissent
t urbae , secutae sunt illum : et
excepit eos , et loquebatur illis
de regno Dei , et eos qui cura
indigebant sanabat.
12
Dies autem coeper$ t de–
clinare : Et accedentes duo–
decim dixerunt illi
' : D imit–
te turbas , ut euntes in castel–
la villasque quae circa sunt,
1
T. Gr.
'ñ&MMf
x.«Aitft~V~r
,
de la
Ciudad , que se flama B etluaida.
Los
Predicadores Evangélicos , ya para aten–
der a su propia salud
,
ya
para poder ser–
vir mas útilmente a los Pueblos , deben
de tiempo en tiempo buscar el retiro ,
y
alimentarse en la oracion
y
silencio del
Espíritu
l
de la palabra de Jesu Cbristo.
Los Aposroles recogidos de
manera
11
Matth.
.XIV.
1.
M.1rr.
VI.
14.
Tom. I.
tros pies
en
testimonio contra
ellos.
6
Ellos salieron , y andaban
de pueblo en pueblo predicando
el Evangelio,
y
sanando por
to–
das partes.
7 Y llegó a noticia de
~rodes el Tetrarca todo Jo que
fía_
cia J esus , y quedó como suspen–
so , porque decían
J
8 Algunos : Que Juan ha–
bla resucitado de los muertos; y
otros : Que Elías había apareci–
do ; y otros : Que un Propheta
de.,los antiguos había resucitado.
9 Y dixo Herodes : Yo de–
. gollé a J u·an : ¿Quién pues es es–
te, de quien oigo tales cosas?
y
procuraba verlo.
10
'Y
vueltos los Apóstoles,
contáronle quanto habían hecho:
:i1
y tomándolos consigo aparte fué-
se a un lugar desierto, ' que es
del territorio de Bethsaida.
1
r Y quando las gentes lo su–
pieron, siguiéronle : y Jesus los ,
recibió , y les hablaba del R eyno
de D ios, y sanaba a los que lo
habían
menester~
12
Y el día lf.
ia comenzado
ya a declinar: Q ando llegándo–
se a él los doce, le dixeron :, Des–
pide a estas gentes, para que va- •
!9
yan a las aldéas
y
cortijos de la
en c.!hnpañía de su D ivino Maestro
y
con
su bcndicion , se hallaron en estado de
poder alimentar una aan grande multirud
de personas. En estas se representaban los
pueblos , que los Pastores sustentan espiri–
tualmente en la IgJesia con el pan sdgra–
do de la pab.bra
d'f
J
esu Christo,
y
tam–
bien con ef Pan sobresubstancial de su
3dorable Cuerpo.
b Matth.
J(JV.
15·
Marc."
.
36.
Vv