SAN MARCOS.
fregi in quinque miilia , ¿quot ·
cophinos
fragmentorum plenos
sustulistis? Dicunt ei: Duode–
cim.
20
Quando et septem panes
in quatuor millia , ¿quot spor–
tac fragmentorum tulistis ? Et
dicunt ei : Septem.
21
Et dicebat eis: ¿Quomo–
do nondum intelligitis?
22
Et veniunt Bethsaid
'1,
et adducunt ei caecum, et roga–
bant eum ut illum tangeret.
23 E t apprehensa manu cae–
ci ,
eduxit eum extra vicum_: 'et
expuens in oculÓs eius, impositis
manibus suis, interrogavit eum
si quid videret.
· 24 E r aspiciens , ait: Video
homines velut arbores ambulan–
tes.
25 Deinde iterum imposuit
manus super oculos eius , ct coe–
pit videre : et restitutus est ita
ut ciare videcet omnia.
{';._,
z6
Et misit illum in domum
suam, dicens : V ade in domum
tuam : et si in vicum introierls,
nemini dixeris.
_
.Esto es , que pusiese las manos so-
'bre él.
l
.Este hombre empezó a ver confusa–
mcnre : veía la figura de los cuerpos hu–
manos como sombras , sin poder distin–
guir lasdiversas delineaciones de los miem–
bros , como quando se ven a lo léjofO de
noche los objetos, que no
se
distingue si
son árboles u honi._:es. Esre ciego cono–
ció por el movimiento que eran hombres
los que empezaba a ver.
El
participio
am–
bulmzt~s
se ha de refeii.r a los
hombres
y
no a los árboles , como se
~
claramente
en el rexro Griego.
3
T,
Gr.
5
i;n~i,cnv
cu:1Jr
i:c~<:~/3AÍ+:q, ~
hizo
']tu:
viese.
•
L:~
incredulidad de lo¡ de
Beduai-
nes en cinco mil hombres, ¿quán–
tas espuertas alzasteis llenas de
pedazos ?_Doce , le respondie–
ron.
20
Y quando partí siete pa–
nes para quatro
mil
personas,
¿quánras espuertas alzasteis de
pedazos? Siete , le dixeron.
•
2
r Y dedales : ¿Pues cómo
no entendeis aun?
2:>
Y vinieron a Bethsaida,
y:
traxéronle un ciego ,
y
rogában-.
le que lo tocase '.
2,1 Y tomando al ciego por
la ma":o, sacóle fuera del pueblo:
y
escupiéndole en los ojos,
y
po–
niendo sobre él las manos , pre–
guntóle si
veía
algo.
24 Y él mirando , dixo : V eo
los hombres como á rboles que
andan
2 •
25 Y púsole otra vez las ma–
nos sobre Jos ojos ,
y
comenzó a
ver
3 :
y
fué sano , de modo que
veía claramente todas las cosas.
26 Y enviólo a su casa, di–
ciendo : Vete a tu casa:
y
si en–
trares en el pueblo , no lo digas
a nadie
4.
da los hacia indignos de ser restigos de b
nueva maravilla que obr6
el
Señor. Por
esta incredulidad , ingr:ttirud e inScnsibili-
ll
dad los
co;l1~1de
el Selior con los de"Co–
roz.Un, qClo
dice
.MA~rTn.
xT.
21.
·Ay
d'c!t(,
Corozain!
¡Ay
de
tf,
Betluait:(.7
\ ...
La economía que usó .el Señor en curar a
este ciego , siendo
as~
que pudo hacerlo
en un momento , es una prueba de lo que
sucede de ordinario en las curaciones es–
pirituales de la) .timas. El Señor
freqiie~temcnte no lo da
todo de una vez
,
aun
quando se lo pidamos , ya por
la
imper–
feccion
de
nuestra fe ,
y
ya
cambien para
avivar ma!}y mas nuestros deseos
y
cspe–
r:mzas , con
que
nos dispongamo¡
a u'Ua
curadou perfeéb .
_