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-14-·

-~~l

to\wento, no dejó traslucir nad.a de lo

qt~e

pasab3: en su

.píritu; y que,

o

sus

c~nfesorcs

le oian

com~

a

cualq':11~r

pe• ,

n ·'ente sin sondear el fondo ele su corazon; o no escribieron

co \ o d'ebian las cos'" notables, para que se transmitiesen á la

pos

rielad. Así es que n_ada. sabemos de sn camin.o inte;ior,

ni del tiempo en que fue ancla y o•cura su orac10n,

ni

de

cuando empezó á ser .infusa y luminosa.

Solo consta por

multitud de testi gos, que ·deslumbrando

a

t~..jos

los Religiosos

el

esnlenclor de sus virtudes, y sn constancia en practicarlas,

r esoivieron darle la profesion. Con esta gracia premió la co·

munidad el m érito de Fray Martin, conocido

y

probado por

'tan largo tiempo; y tambien se puso á cubierto ele la estrañezo.

que habría de causar en lo sucesivo, él que solo por una cos•

t umbre ilegal fuese privado un ,-aron santo de la merced que

concedían á sus Donados las demaS" R eligiones.

Hizo pues sus votos solemnes este Bienaventurado

con aplauso j eneral de todos los Religios'os, quienes daban

gracias á Dios ele tener por compañ ero al que tanto los edifi–

caba con la práctica de todas las virtudes, y .con la moaestia·,

dulzura y afabilidad ele su trato. El júbilo interior dd Sier–

vo de Dios rebozaba en su sembbnte, viéndose consagrado al

.Señor en alma

y

cuerpo, y renunciando solemnemente ante los

Cielos y la Tierra su propia 'l(Oluntacl, los bienes terrenos, );

cuanto alhaga y satisface los sentidos.

P odemos inferir de

ese estraordinario gozu, que iluminando su alma al tiempo de

profesar un rayo de la increada luz, sucedió claro

y

perma–

nente clia á la tenebrosa noche de los sentidos y del espfritu'i

que,·unido este al Señor con

viva y ardiente earidad, par•

ticipaba de su vida divina contemplándole á todo instante, sin

q1<e le distra1esen las ocupaciones de su cargo, al modo que

10s Angeles no pierden ele vista á Dios cumpliendo con su

m inisterio: y que desde entonces inflamada su alma en mas

puro y encendido amor, practicó todas las virtudes con faci–

lidad, pro;ititud y deleyte, elevándolas hasta el súblime grado

que constituye su heroismo.

Se tratara de estas en los

sr–

guientes capítulos.