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casa de la calle llamada Malambo, donde Ana
y¡
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protectora Doña Francisca, facilitaron al niño Martin
uc
a.prend iese el eficio de barbero. El maestro
á
quien se c nfiú
su aprovechamiento en este arte, era tambien sangrador, omo
lo
son·hasta ahora muchos barberos en esta ciudad;
y .
ejer–
citaba en !a curacion de algunas enfermedades externas. Y
como apreciase
á
su. discipulo Martin, no solo le instruyó en
el oficiQ de barbero, sino igualmente
1-e
hizo conocerlos reme.·
dios que se creian entonces convenientes para el alivio
y
sani–
<lad de las heridas, úlceras, apostemas, &c., todo lo cual con·
dujo mucho para los ejercicios de caridad que practicó despues
que se hizo religioso.
Como sus padres hubiesen fallecido mucho antes qua
él, se lg·nora el pormenor de süs practicas piadosas en los
años que precedieron
a
su ingreso en la religion; pero de lo
,poco que se lee en las informaciones jurídicas, se infiere que
desde su 1·egenerac· nen las sagradas aguas del bautismo, fue–
.ron su alma y cuerpo sagrado templo donde habitó el Espíritu
.Santo, sin que jamas lo abandonase; y que este Divino Espíri·
tu iluminando y fortaleciendo
á
Martin desde la niñez, recti·
ficaba su intencion, y dirij ia sus pasos por la senda de la
verdad y la justicia. Así lo comprueban los hechos si·
guientes.
l .° Jamas disipó su cotazon con los frivolos entreteni•
mientas de los niños, pues concentrada su alma
y
siempre atenta
al d,ivino objeto qae la atraia dulcemente, y arrastraba sus
-afectos, se clesdeñaba de ver y ·de ocuparse en las inocentes
vagatelas que divierten
á
los pequeñuelos. De ese interior
.recogimiento nacia la modestia y circunspeccion qae se nota·
ba en sa semblante, y en todas sus acciones
y
palabras,
y
que
hacia presajiar
á
cuantos le conocían
y
trataban, la santidad
á
<¡ue se elevaria con el tiempo.
2-.°
Leyendo con los niños en la escuela, y sirviendo
sumisamente
á
sus padres, no permitía que penetrasen en su
alma las especies de los objetos sensibles, excitado por la
fé
y
la caridad
a
contemplar las verdades eternas. Estando en
Lima luego que volvió de Guayaquil, fomentaba su devocion
ayudando cuantas misas podiaen la parroquia de San !,azaro;
y
deseando mayor recogimiento, pidió
a
la Señora ele la casa
.en que moraba, un cuarto retirado de toda la familia, donde
-pasaba las noches en oracion, y cuando
el
sueño le rendia, se
acostaba en la desnuda tierra.
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Comprando diariamente cuando
er~.niño,
por
m~n-