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'perso1\as de uno
y
otro sexo, luego que
tu~i~sen
edad cotnpt!»
'¡:ent~
para desposarse.
.
.
.
.
En dicha parroqu1:i- se_
consen;~
la partida
bautls~al
de
lartin., cuyo tenor .es el s1gu1ente.
M1ercoles .9 de D1c1em·
br
~. de
1579,
bauticé á Martin de padre no conocido, y ele Ana
Vefazquez, libre.
Fueron padrinos Juan de Huesca, y Ana
de E scurcena; firmólo Antonio Polanco!' Si D. Juan Porres
viviera, ¿cual deberia ser su
c~mfusion,
por no haber
r~cono•
<:ido legalmente al hijo que vela en los altare_s_l
Pero sm em–
bargo que faltó entonces al deber que eXIJen ele todos los
padres la naturaleza y la Religion, enmendó despues su yerro¡
como S"e verá mas adelante.
Tuvo tambiea
D.
Juan un·a hija en la misma Ana Ve•
lazt¡tlez, á la que pusieron por nombre Juana Porres,
y
llevó
consigo
D.
Juan estos ·dos hijos
á
la ciudad ele Guayaquil,
á
donde le llamaban sus íntereses. Habiéndole visto con ellos
en ese lugar, el capitan
D.
Diego de J.Vlirancla., tio suyo, le pre•
suntcí iquienes eran los párvulos mulatos que le acompañaban!
Entonces D. Juan exl'itad0 -tal vez del amor paterno, del ho•
nor y la conciencia, contestó
:í
su tio en estos términos.
"Son
hijos mios, y de Ana Velazquez, y por lo tanto debo susten•
tarlos-,
y
darles la eclucacion correspondiente." Desde esa épo•
ta
1
no se desdeñó
D.
Juan de llamar hijos
á
los dos pardos, ni
de que estos le dij esen padre, cuya verdad confirmó, decla·
rándolos hijos suyos, en el testamento que hi-zo
á
Ja hora de oo
muerte.
Bajo su proteccion el pequeñuelo Martin aprendió 'ell
breve tiempo
a
leer
y
escribir con el maestro elejiclo por su pa•
clre,
Y
olvió ·este despues
á
Lima con su querido hijo, d ejando
al cmdado de su tio D. Diego Miranda,
:l
su hija Juana Por–
t es,
á
la que sustentó
y
casó luego que tuvo c"mpetente
edad_-
Debiendo
!J·
Juan embarcarse para Panamá, cuyQ
~ob11'r?~
se le babia encome·ndado, dispuso que su hijo Mar•
tm rec1b1ese el Sacramento de Ja Confinnacion,
y
lo dejó en
pode': de su madre Ana Vazquez, encargándole que continuase
cclucandolo,
y
que concluida su enseñanza le dedicase al
ofi~
cio de bru·bero.
·
1
'
.
, Ana desempeñó fielmente las obligaciones de \ma madre
c;1stia~a,
y
notando en Martin mucha inclinacion
a
los eierci·
c~os
piadosos, le proporcionó los medios de adelantarse"en
fa
~ll't~d,
tanto con el ejemplo, como con saludables doctrinas,
msp1 r~clas
por la fé radicada en su espíritu. Vivia con
Da.
Fran'C1sca. Velez-Mique!,hija de Da. Isabel Garcia
Miquel.