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-118-

't'nn poderosa es esta refle,csion en

P.1

presente caso, qu.c

se valió

1.k

ella el

P.

Procurador

de

la causa,

á

fin de que no se

duda!jf de la rcsurcccion de Fray Tomas, añadiendo

pnra

dar

ma svl'rlor

á

la prueba, estas palabras de un Teologo respetable:

Hs

mayor mi/agm resucita¡·

á

un b1·uto irracional, cuya alma fene–

ce con el cnei·po, que

re.~tit<Úr

la ·vida

á

un hombre muerto, cuya

alma es inmortal, y vive rlespues que desamparó

Slt

cuerpo.

Tambien prcsuu10 que un hecho

tan

ruidoso, como la resurrec:on

de

F ray

T":nas

,·isla de la comunidad, llamaria justamente la

atcnci<;n del Prelado

y

del confesor del Sierrn de Dios,

y

que

este ultimo

ú

lo menos lo obligaria á declararle lo que se le ha–

bia revelado sobro la maerte riel Religioso,

y

la voluntad de

D ios de resuci ta rle. Estos moti,·os

ú

otros semejantes obligaron

sin dud a

á

los s<1 bios

y

Santos Religiosos que hab1a en ese !iempo,

á

creer

In

resurec·cinn

~e

ese hermano por la oracion ele Fray

l\'Iartin, y

á

que estampase como indudable este prodigio el

P,

Procu rador de la causa, en la e.<posicion que hizo al Papa sobre

fas virtudes heroicas de Fráy J\fortin.

ARTICULO III.

Su Don de Pi·ofecia.

Este don consiste principalmente en el conocimiento an–

ti~ipado

de las cosas futuras, segun San Gregario en su Homilia

primera sobre Exequiel, y del misn:ió paMcer son algunos teo–

logos.

Sin embargo muchos comprenden en esta gracia gratis

dada, no solo el conocimiento

y

manifestacion de las cosas futu–

ras, sino tambien el de las pasadas ó presentes. que por lo oculto

de ellas, ó por la distancia, no pueden conocerse en el tiempo

y

circunstancias

q1rn

se conocen

y

manifiestan, sin que Dios las re–

vele, cuya doctrina se comprueba con varios pasajes de

In

Sa–

grada Escritura. Sobre la profecia de cosas futuras, decia Isaias

en el Cap.

41,

verso 23,

á

los gentiles enemigos de Israel,

y

ado–

rádores de sus idolos.

Anunciad lo que Ita de sei· en

lo

veniti,e–

"º•

y

sabremos que vosotros sois D ioses.

Y en la primera Epis–

tola del Apóstol San Pedro, capítulo

1

verso

10

y

J

l, se leen es–

ta s palabras:

Los Profetas vaticinaron de

la gracia que habia

de venir

á

vosotros•

.•.

anunciando los suji·imientos que habían

de ser en Cristo,

y

las glorias que los seguirían.

Acerca de co·

sns anteriores, se dice en el Evangelio de S. Juan, capítulo 4, verso

l ~,

y

19

haber profetizado Jesus § la Samaritana sucesos

pasado~

Cinco maridos Itas tenido,

le dijo,

y el que ahom ti¿nes, no es tu

marido.

La

Samaritana le contestó:

Señor, ·veo que tu eres

frefeta.

Que se estienda tambien la Péofecia

á

sucosos

pre~en;'