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de cnrne fresc¡i
y
rojn, exhalando
In
misma
fragancia
que todo
el cuerpo.
ARTICULO
Jll.
,#
APARÉCESE DOS VECES EL StEnrnlf>E
Dios,
ACOl\IPA , ADCI DI u:.
s"cEnooT1'
TAMnrnrc
01Fu.ir1·0.-Pura que
DO
se cilvidasc la me·
morin de fray l\Inrtin, ni se dudase de que hubiuu sido aceptas
á
Dios sus obras, ni de que por cllns reoibia eu el ciclo la
me·
reoidn recompen!iu; renovaba
11
Mn"'estad de tiempo eu tiem·
po los prodigios, entre los cunles deben nnmerarse sus
apa–
riciones
e hu dicho que por caridnd acogió eu su celd11
ú
uujóveo espa–
fiol, que, recien llegado de Europa,
DO
teuin donde habitar ui
cómo subsistir. Este jóveo, llamado Juim Ynsquez, su compa–
ñero cuatro afios, y testigo ocular de muchos portentos obrados
por su bienhechor, habi11 declnrndo algunos cunado se prínoipia–
rou lns informaciones sobre lns virtudes del siervo de Dios; pe–
ro, no hnbieudo expuesto cuanto sabia, ó por olvido, ó por te·
mordefaltnr
á
la verdad, lo reprendiófrny
~lnrtindeesta
mnoera.
Yivia frente al monasterio de las Dcscnlzns de Sao José, y
estando en su hnbitacion iumedinto
á
In puertn de la calle, cer–
ca de la oracion, con
u11
hijo suyo eu los brazos, cuatro allos
despucs de haber hecho su dcclaracion, oyó que lo llamaban
por su no!llbre y npelJido. Salió
á
la puerta,
y
vió parados jun–
tos
á
elln
ú
dos religiosos dominicauos: mas como estos no le
dijesen nada, se entró adentro, creyendo habc.rsc equivocado.
Pero oyéndose llamar de puevo, salió segunda ve11,
y
prcgun·
• tóálos religiosos, si lo buscaban. Hablóle entonces uno de ellos,
y le dijo: •Juan Yasquez, ¿uo me conoces?" Fijó jpmediatameo–
te la vista, y observó que era fray Mnrtin quien le hablaba,
Sobresaltóse viendo al que habin muerto muchos al!os
note~;
y aun dudaba de lo mismo que veia, como se lo babia proíe–
tizado el siervo de Dios cuaudo
fué
il
despedirse de él, segun
se hu dicho. A pesar de sus dudas y temores, no solo conoció
á
fray Martiu, sino tambien al religioso que le acompafiaba,
el cual era un sacerdote, muerto tnmbien anteriormente,
y
á
quien veia y trataba en el convento, cuando estaba vivo. Díjo–
le entonces fray i\[artin: •¿Por qué has andado corto?• Rea–
pondióle Ya quez: •¿En qué negocio be sido corto?•
•Declara
to–
~lo
que viste
y
wpist? en el tiempo
qttc
me acomp(l//iaste
1 ,.
aftadió el
siervo~~
Dios, y dicho esto, le mandó que se recogiese,
y
él
obedec10, temblando por lo que le habia pasado.
A pesar de estn clara aparicion, no cumplió Juao _Vasqoei