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un religioso agutlisima inflamacioo en lugar secreto, con dolo–

res tan agudos que daba alaridos, despertando con ellos

á

los

de'mas pacientes de la enfermerin. Ocurrieron varios religio–

sos, y viéndole en ese estado, le aconsejaron que implorase el

auxilio de fray iUartin. Hízolo así el enfermo, y quedándose

dormido

á

poco rato, despertó de·mañaha, sano enteramente,

sin que jamás [e, hubiese repetido esa molesta

y

peligrosa en-

ferm dad.

.

Estando el cadáver en In Iglesia sanaron muckos enfermos

que, noercándose al féretro, suplicaron

á

Dios les concediese la

salud por iatercesion de su fiel siervo fray Mnrtiu;

y

entre es–

tos debe numerarse con especialidad

á

dotia Catalina Gonzale1,

cuya saeidad tuvo todos los caractéres de milagrosa. Tenia es–

ta se11orn impedido el uso d'é un brazo el Jargi> tiempo de doce

allos, sin que In hubiese aliviado ninguna medicina, hasta que,

declarada incurable por los médicos, babia perdido la esperan–

za de sanur. Muerto fray Mnrtin, corrió

á

la Iglesia para im·

plorar su auxilio. Ace·rcóse al féretro, tocó el cadáver, y al ins–

tante quedó sana, restableciéndose del todo el uso del .bra–

zo que, segun la relacion del portento, estaba paralítico ó

atrófico.

'

La misma

fi~bre

de,que murió el siervo de Dios1acometió 11

los ocho dins de su muerte ni religioso fray Antonio Gutierrei,

á quien, como dije antes, habiil contestado el sieno de Dios,

que le serla mas ventnjoso el que muriese. Agrnv-óse tanto, que

en el dio sexto mandó el médico, doctor don Miguel 'l\Ienesea,

que recibiese los santos sacramentos, asegurando, por los sín–

tomas, qo.e en el día siguiente moririn. Acordóse esa neche el

enfermo de la promesa, qúe le babia hecho el siervo•de' Dios

poco antes de morir,

'y

tomnndó en la mano una cruz que tenia

pendiente del cuello, y que fray lfartin llevaba siempre consi·

go, á,quien ·se la babia quitado al tiempo de espirar, invocó con

n¡ucha confianza al siervo de Dios, reconviniéndole con la

1

pa•

labra

que le b

abia dado antes de morir. Durmióse luego,

y

vió,

entre

snell.os,

que entraban en su celda fray 'Martin aéompafia–

do de

la Vírg

en Santísima, de Santo Domingo

y

Santa Catalina

virgen y mártir, y·que, situándose euel lugar donde habían pues–

to al Santísimo Sacramento el dia anterior, se acercaba fray

l\lartin

á

sn cama, y abriendo las corlinas Je decia: •Hermano

fray Antonio, no se desconsuele, porque con esta visita queda·

rá sano • y que, cerrándole las cortinas, había desaparecido la

vision. Recordó el religioso

á

las seis de lii mañana,

y,

sintién–

dose sano y con gana de comer, refirió

á

los religiosos 1o que

le babia pasado. IJlegó el médico, y viendo perfectamente búeno