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solemnes, vió toda la comunidad bajar de !(}alto de la Iglesia,

una brillante luz, la que rodeaba á un bulto situado en el prebis–

tcrio del altar mayor. Fueron varios religiosos á ver lo que

era, y hallaron al siervo de Dios estático,

y

coronado con esa

luz

celestial.

ARTICULO III.

Su INVISIBILIDAo.-Se haa referido algunos casos que acre–

ditan haber recibido fray il'Iartin este don, al modo que los

bienaventurados, despues que resuciten, podrán

ú

su arbitrio

manifestarse.ú ocultarse, segun

en~eña

Santo Tomas. No puede

dudarse de que le

fué

comunicada esta gracia como las demas;

puesto que por su agilidad estuvo por algnn tiempo volando to–

das las semanas al presidio del Callao, para socorrer á un sol–

dado preso cargado de familia, y en suma miseria, sin faltar

en su convento, lo que no pudo ser sino por los dotes de agili–

dad

é

invisibilidad. Tambien se ha dicho que se hacia invisi–

ble despues que comulgaba, para gozar de su amado Dios sin

que nadie interrumpiese su oracion en ese feliz tiempo, que

!jjtben apreciar, como es debido, los verdaderos y fervorosos

siervos del Seüor. l'ero la hostil 'curiosidad de los religiosos en

el tiempo que se disciplinaba, probó muchfaimas veces su invi–

sibilidad; pues, oyendo los golpes de la· disciplina, se asomaban

para verle, y no lo conseguían; y ea algunas desaparecía, no

obstante de que lo acechaban en la úaicn pue1;ta del sitio en

que se maceraba.

A

mas de estas repetidas pruebas, no debo omitir otra muy

notable. Estando gravemente enfermo el padre fray Diego

Ulloa, y asistiéndole fray i\lartin con otro religioso compañero,

avisaron

á

los dos que un enfermo inmediato

á

la habitacion de

fray Diego, llamaba

á

fray l\Iartiu, para que le mudase túnicu,

sin duda porque estaria muy mojada de sudor. Salió inmedia–

tamente .el otro religioso, para auxiliar al paciente,

y

vió, con

admiracion, que fray Martin le .estaba mudando la túnica, ha–

biéndolo dejado en el aposento anterior, sin que este tuviese

otra puerta, y sin que el religioso le hubiese visto salir, lo que

no pudo verificarse sino haciendo uso el siervo de Dios de su

ngilidud

é

invisibilidad, puesto que los dos cuartos estaban

contiguos, y el compailero había salido primero, dejando en él

¡\

fray Diego y

ú

fray Mnrtin.

Pocos hechos extraordinarios se leen en las vidas de los santos

tau autorizados, como los dotes de bienaventurado que se ndmi-

1·a1·ou ea el beato

~lartin

de Pones. Considérese que de casi todos

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