Table of Contents Table of Contents
Previous Page  38 / 162 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 38 / 162 Next Page
Page Background

-~8-

aiglos de dudas ,

cada · cual conse1·va obstinadamente la suya.

Las incornpletas alegrias <le este rnunclo no satis fora n

jamas al corazon del

hombre . Solo

el

entre todos los seres , muestra un cl esgano natural con re ·pecto

a

la ex istencia-y un deseo inme n so d e ex i tir : de prec ia la vida, y

teme el

anonadami ento. Estos difere ntes ins tintos impel en sin cesar

a

SU

alma acia la

con templacion de otro muntlo; )' la Religion es la que l e conduce . La Religion

no es pues mas que una forma pa rticula r cle la espe ranza;

y

es

tan natural al

corazon huma no como la esperanza misma. Solamente por una e pecie de nher–

r ncion cie la i11teligenc ia ,

y

con

Ia

ayll'la de una clase de viol encia rnoral eger–

cida sobre su pr·opia naturaleza, pueden Ios h ombr es a l ejarse de las creencias re–

li.giosas : una inclinacion invencible l eSo torna a ellas . La

incredulidad es un

accidente: solo la

fe

es el: estado pe1,nanente de- la,. humanidad.

VI.

Q'ucesiflit l'ucem-iiTg-emccirque repertd .

Si noclones de· importancia tan vital, como fas que r a plda

e

incompletamen–

t.e

he indicaclo, penetrasen corno un

~les tello

rle luz- pura entre las tini eblas que

ofuscan

i

tantos t lernos c e1·eb ros cl e nuestra e poca; si una educacio n bien di1·igi–

da Ias dlfundiese po r l as U11i\•ersidacles

y

C oleg ios, en

lug.a•·

de geomctrica.s de–

mostraciones casi siern pre ta·n pro nto olvida.clas-de e3te1·iles cuestiones escol as–

ticas-6 cle (?li eriles estud ios sobi·e los m e tr:os que u s.-i. ra P i mla r o ,

u

Horacio; si

se p1·oci.11·ase con

teson lautlable co·mhatir

y

de~ te1Tar

esa

lame'lltaoie ind ife ren–

cia con r·cs pecto

a

l as itl eas rnoi:ales

y

relig ios as que es

Ta

plaga

y

Ia

d eshonra

d e nuest1·os

ti empos : -~

no habria m otivo de e-sperar que se caimase

Ia

agitacion

febrll que d evora tontos an imos , que se p a rallzase la convulsion de esos hrazos

que , en nom Lre d e l a Iibe1·tad,

e l eva ntan para la vioiencia

y

el asesinato, di–

r igi1mclo sus g.o lpes !'t asta el trono cle Ios r eyes, co rrro e n o stcntacion d e un su–

h!ime heroiSmo?

O h

l ibe1·te

.

1

que

d e

crime'S

l'' on co"nmet en

t on n'Om

!

excla–

ma ba la ih1Stre

y

d esca rriada 1\Iad. Ro land

r

dirlg i 11do s us miradas al enganoso

&imu l ac rO, antes d e subi r

a

aquel cadafso p e nnanente que SUS ge ne1·osOS perO

imprudentes en-ares

habian l nvolunlar1a mente contribuitlo

a

l evnntar sob re la

'

1

Ft·ancia.

Oh

LibertacI

!

me veo yo tambien f01·zado a excl ama r: Llbertad snnta.

eaencia celestial que huyes d e la contaminacion d e uueHros b1·azoli , manchaJos,