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·luego a'pelal.iari al '6rden y si.metria de l a naturaleza, y a 1a- r egularidad y mag–
n·ilicen c ia d e l a grande estructura d el uni\·erso. Los graudes fen6menos d el cie~
·W p a rticular , pa raban su atencio n ; Li m a gni'tud y uniformidad de los rnovimien–
ws planetarios l es presen taban e ntes pruebas del poder y d e la in teligencfo
Divina . No l es parec ia obj eccion di g n a d e sernejan e .argurnento el que nnda de
analogo a esos fcn6menos p ud iese .ser h a lla do entre los produc tos d e la inteli–
g e ncia humana, ni que se h a llase n inhab iles l o s fil6so fos para explicar los rne–
d:ioe que la sabidu1·ia o.i.vina ha empleado pa1·a produc irlos. (( Quis hunc homi–
neJ~l;l dixe rit -qui cllln ta rn certos c eeli 1no tus , t am r a tos astrorurn ordines, tauv
_q.u_q i se c unnexa et apta videri t , n eg e t his ullam inesse rationem, eoque
casu fl eri dicat, quae quanto consilio g e rantur , nullo consilio assequi possu–
" ( Cic. )
S~·tis fechos los theista s antig uos con es tas cons ide raciones generales ( que m~.1·an
c on sonrisa des<l eiiosa nuestros grandes astr 6nomos atb eos ! ) , propon ian en
fon'i~ a t a n l ata y g en1fr ica la e vide ncia d e la dhina intel ig encia , h alla ndo mas
f 4.cil, 3· P,t·o b a blemente p eu sando que e ra mas y digno d e la mages–
t a<;i §Upre.: a , t l que l as pruebas de su exis tencia se derivasen de las sublimes
pa1·t,es "1.e l !J, crea c io n , mas bi en que d e l as m e nudas dispos ic iones que manifiesta
I.a 01•g.aniza . n anima l 6 la v e.getal, que tanto ocupan a los 1nodernos natura>-
1ist a c ris ti a no;; . Si ee concedia que una l\fe nte soberana hubiese es'tablecido
c 0n d es ig nio el g ran sistema d el uni verso, los antiguos no repugnaban admiti>r
que <!b!!jas y gm;a n os fuese n e n gendrados esp ontaneame nte , 6 que hombres y ani...-
- ~ales puQif!s en se1• e m p ollados como huevos por el calm· d el sol sobre las ferti.-
- l~s rib!! r Q d e l N ilo.
Empe r o qui c n h aya estudi a clo el de la literatura griega y rom:ma,
d eb e h a h e r n o tado con es t rn i'i eza el c omp:.u·ativo d escuido c indiferencia con que
l os h om bres p en sadores d e aquell as cultas nacio.nes contempla ban esos objetos de
oscm id a d y mi stcri o , que prese n tan, e n a l g·uno a] m enos d e los p e riodos de su
vida , t a nta inqul e tncl - casi h e cli c ho agonia-a la m ente d e los m od ernos
r eflexivos . Es dific il expli ca1· es te fen61neno d e un modo satisfactorio ; y creo que
sea impos ible explic arl e de una maner a estrictamente 16gica. Al leer las obras
d e ton ( que por firr h a encontrado un dignb en Cous in ) , y de. &.i
i n terpr ete_1\!larco.-TuJio, h a llo l;i.s s.emillas de tocfo.s las dudas y nnsiedades ....-1 que
h e alud iclo; h asta el punto en que ~stas se hallan li~adas con las operacionea
de nues tra r a zon . l\llas lo si ngular es, tf~le esas nubes tenebrosas que- rev'Qelan
sob re el entc nclimiento , a lo que al canzo , no arroj.aban en tiempo alguno· son:i.~
h r a_s o m i nosas so b:s;e. Jas afecciones , ni sobre la concUcion intel ectual <lel antigno
e scep t ico. J uzgo q ue una gn m parte de esto era del?ido a la brillantez y activi;
Clad cle Su ima g inacion meriQ.ionaL J:.,os espiri tns mas livianos de la antigiiedad,,
emeja ntes a los :n;ias joY~alell de nuestros modernos, buscaban i·efugi.o en me.i·;\