DE PHOCION.
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cedió,
que
á
pesar del desporismo
j
hicieron
dichoso
á
Egipto las buenas costumbres, por
lo que le han mimdo iluestros antiguos Filó–
sofos como cuna de
la
sabiduría.
Interrumpo vuestro discurso , _exclamó
Aristias, ·sintiéndorae;.rnrebatalip detla!fuer,
ia
1
de
vuest~as
razones. Siu duda es
profana~
la PoHtica, que debe hacer las sociedades
dichosas ,
y
flor¡,cientes ,
el
dar nombre se–
mejante
á
este corto manejo
1
siempr~
ihcki;–
to ,1de astucias., enredos,
y
engaños
,1que .yo
iniraba corno una grande arte ,
y
que efectit
vamente no ha sido imaginado mas que
po~
hembres ignorantes,
é
incapaces
de .elevanse
á
otras ideas mas supetiores ,
ó
por malos
Ciudadanos, qtte no.consideraban •en la .ad,
ministracion de la República sino la infeliz
wentaja de satisfacer ellos mismos
á
su ambi–
cian ,
y
avaricia. Sin duda que debenrservir
las costnmbrcs,de fi¡ndamentó•
á
la. ley-,
·ry
que sin su socorro únicamente levantará el
Legislador nn edificio sin fümeza ,
y
<lis·
puesto sien.1¡:)lie
á
'arruinarse.
t'~
J
t <-t •
ll.a
¡Pero
OS'
lo:;
oomesarb,,iPho-yion.?, conti–
nu.o Aristias baxnndo la vist'al,'''Y' aon_un
tono melancólico. En
el
mismo ·instante que
cedo
á
la evidencia de vuestros
razon~nien
tos' parece qne
misrpreocupaci~ues·mitégoa~
se ievuélv:éñ ·contrá mi razar\. Egipto'
1 e1i
otro tic::.mpo vittruoso., .ha
sido' feliz,,
.y. 1\0
D 3
ha
Objeciones
de Ari$tias.