XVlll
PROLOGO DEL TRADUCTOR
cieron la pérdida que habían hecho: fueron
:í
Megara a buscar las cenizas de un hombre,
:í
quien sus enemigos hicieron rehusar en la
Atica los honores de la sepultura: se le eri–
gió
un 111ausoleo ,
y
una estatua
á
expensas
de la RepúQlica; y se quitó la vida á sus acu–
sadores, ó
:í
lo menos
á
su xefe Agnonidcs.
Nicoclés, que nos ha conservado la doc–
trina de Phocion , fué juntamente condeua–
do con él
á
beber la cicuta. Este amigo tier–
no , y fiel no vió en tan horroroso catástro·
fe mas que el espanto de ser testigo de la
muerte de Phocion, y le pidió le permitiese
beber el veneno antes que él. "Querido Ni–
,,coclés , le respondió Phocion, me atormen·
,,ta
el corazon vuestra súplica; pero supues–
,,to que en nada he faltado en tiempo algu–
,,no
á
vuestra amistad, quiero haceros aun
,~este
último sacrificio.º
He registrado inuti!mente los Historf·...
dores, que hablan de los asuntos de A•' ·•
nas ,
y
Grecia ea los reyoados de Alcxan–
dro ,
y
sus primeros sucesores, deseando
ha·
llar alguna razon de Aristias, á quien da
Phocion
las
lecciones de Moral ,
y
Política.
Su nombre es· poco conocido en
la
antigüe·
dad : no me acuerdo que lo haya tomado en
su boca otro , que un Poeta Dramático,
cootemporaneo de Eschiles,
y
de quien no
nos queda obra alguna. Sin duda que Aris·
rias,