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ENTRETENIJVIIENTOS
haberla calafeteado. Si traen los Dioses cir–
cunstancias inas dichosas : si no tene1nos
mas que ten1er
á
nosotros mjs111os : si nos
dexamos de nuestros vicios ;
y
si el Cielo
permite, que llegueis
á
ser
el
Licurgo de
Atbenas, acordaos , queric\t' Aristias , de los
consejos que os da mi 11mistad.
Tened siempre presente, que sin las bue–
nas costun1bres, son
inútiles
las
leyes,
y
no
se las obedecerá. Jamas olvideis, que las vir–
tudes domésticas , son las que hacen buenas
las públicas costumbres. Estad persuadido,
que sola la virtud puede hacer un Estado
perpetuamence floreciente ,
y
dichoso. La
ambicion, la injusticia, el artificio, la rique–
za ,
y
la violencia pueden procurar algun su–
ceso; pero es transitorio,
y
sus conseqüen–
cias funestas. En
ca1nioando
con estos prin–
cipios, experimentareis que la Política es
una ciencia facil,
y
segura. Si los abando–
nais, vereis renacer continuamente unos de
otros los obstáculos. Q uando la Política está
ocupada interionnenre en
co1nbarir
tanto
un vicio como otro, de suerte que se enga–
ñe al Ciudadano ,
ó
le gobierne por el te–
mor: ¡no es imposible que pueda bastar
para las necesidades de la So icJad ' Si ex–
teriormente está obligada
á
justificar una
violencia con un nuevo fraude,
y
reparar
un engaño con otro, solo un Dios podrá
des-