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la ca.usa primera por sus criatura.a; las otras son
á
priori,
esto es, aquellas en que se demuestra la
existeneia de Dios por su misma idea,
ó
por su pro–
pia necesidad. Ve aquí las principales.
PRUEBAS MORALES DE LA EXISTENCIA DE DIOS.
Las principales pruebas morales de la existencia
de Dios se deducen:
l.º
del acuerdo unánime de to–
das las naciones; 2.
0
de la ley natural.
PRIMERA PRUEBA.
Consentimiento unánime de los pueblos.
Lo que ha sido creído universalmente en todos
tiempos y lugares, los puntos en los cuales todo
hombre es juez competente por la simple luz de la.
razon comun, natural á todos los hombrea, debe
ser juzgado como una verdad cierta, como un hecho
de nuestra naturaleza que no necesita apoyarse ni
robustecerse con otro alguno. Ciceron en sus Tus–
culanas ha dicho-«Ürnnium
consensus n11ti1,rae
i·oz
est»-tal
es la creencia en la existencia de Dios,
hecho afirmado por todos los escritores antiguos y
morlernos que han tratado tan alto asunto.
Entre los antiguos clásicos, leemos, en las
Tus–
culanas
de Ciceron
(l.ª
13.ª)
,«Multi de diis prava
sentiunt: omnes tamen esse -¡;im et naturam divinam
arbitrantur...
...
Omni autem in re consensio omnii.m
gentiwn lex naturae putanda
est;~
y en su t:ratado de
las leyes
(1.
0
8.
0 )
«1'.-ulla gens est neque tam inman–
sueta, neque tamJera, quae non, etiamsi ignoret q11a–
lem habere Deum deceat, tamem habendwn sciat.»
Seneca en sus cartas
(117)
ha tenido el mismo len–
guaje:
«A.pud nos i•eritatís argumentum est, aliqui(i
omnilnts viderit: tanquam deos esse, inter alia sic
colli.gimus; quod omnibus de diis opinio insita est;