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GLORIA
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e
son perdonados.
Yo
te bendigo
en
~l
nombre' .
,
r
del
Padre, _del Hijo
y
del Espíritu Santo.:.
Gloria humilló
BU
preciosa,' cabeza, sobre
la
cual
~l
apóstol puso
BU ·
santa mano
«Po.r una .
circunstancia estimo meritoria
y
sublime tu determ.inación-tlíiadió dejando el
tOllO
evángélico.--:-Tú afirmaste
no
creer
~ada
de
10
que
la
madre de es'e hombre"nos dijo.
--¿Cómo
he de creerlo?
Al
punto
comp~endi
que era
una farsa. ' .
. -Pues si le crees bueno
y
honrado (yen
eso
llO
sé'
qué
dec.ir, pues tengo mis dudas);
si
al lnisIDo tiempo le veías próximo
á
_abrazar
tu religión;
si
todo se te presentaba propicio,
todo lisonjero., ¡qué grande has sido al decir:
cRenuncio
á
todo, desprecio los bienes tem-
I
porales
y
transitorios,
y
quiel'o perderme
por
'---' salvarme,
quiero dejarlo
todo
por
ti,
Dios
y
Sefio!' míol,
-Antes moriré que poner discordia entre
una
madre y un
hijo- dijo
G
IOI'ia rmirando
al
cielo.-Además,
no
creo en
la
sinceridad de
su conversión, y el camino escogido aquí para
traer esa alma preciosa
al
reino de la verdadera
luz,
no es el más
á
propósito. Hay otro mejor.
-Sí: hay
otro, el único, -indicó Serafin-ita
con místico arrebato, tomando una
mano de
Gloria
y
estrechándola
contra su
pecQo.
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