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G-LORIA
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119,
Y esperan que la presencia de Usíá Ilustrí–
sim~
en esta humilde
y
~onrada
villa sea anun–
cio felicísimo de paz,
origep - d~
concordia y -ae–
fial de bienes sin cuento•..
» -
-
~
y
más adelante, cuando se serenó un poco,
y pu40 con desembarazo echar -fuera los pen–
samientos que traía almaceñados e/u su mente,
agregó esto:
«¡Benditos nosotros que vivimos . ausentes –
de los escándalos que pasan allá donde la co-–
rrupci.óny la irregularidad .tienen 'su asientol
Lo
q~e
llega
á
nuestros_oídos nos hace
est~'e
mecer. El Sr. D. Juan profetizó en 'aquel su cé–
lebre discurso ios fuegos de -Nínive, y ,los fue–
gos de Nfni ve, que ya cayeron sobre Francia,
caerán también
sobre'¡~
catóJicn Espat1a, 'y la
abrasarán
y
podrá decirse de ella: «Pereció su
memoria, con el soniqo:
~
periit memoria eju3
cun¿
sonittt¿.
»)
, y
después:
_
«Antes se había entibiado la religiosidad;
pero ahora se ha perdido por completo en la
mayor parte de las personas,
y
las que aún sa–
ben dirigir sus almas al cielo, se ven persegui–
das, amenazadas por la caterva brutal de filó–
Bofos
y
revolucionarios. Los hombres que go–
biernan al país predican públicamente el ateís-
. mo, se burlan de los Santos Misterios, insul-